Desde su piloto, estrenado en el 2016, This is Us (nueva temporada disponible en exclusiva en Star+) dejó claro que apostaría fuerte por la diversidad y a la inclusión. También que analizaría todos los temas que narra su compleja trama con sensibilidad. No solo lo ha logrado, sino que su conmovedor punto de vista ha convertido la serie en un brillante ejercicio de elocuencia. Con cada vez mayor énfasis en el comentario político, la serie es un trayecto inteligente hacia los grandes temas actuales. Uno que se basa en la capacidad del programa para narrar y explorar sobre aspectos críticos sin rebasar la línea del melodrama.
Por supuesto, This is Us tiene todos los elementos para ser en realidad, una hábil manipulación emocional. Después de todo, incluye una muerte neonatal desde el piloto, hasta un duelo que se vive en una familia cariñosa. Pero más allá de eso, This is Us desarrolla una idea profunda sobre la identidad. Cada uno de sus capítulos es un mesurado recorrido hacia la raíz de la sensibilidad moderna. Hacerlo además a través de la idea que los conflictos que los Pearson deben enfrentar podrían ocurrirle a cualquiera. No hay nada que no se analice en un serie que se enfrenta a los tabúes con sutileza e inteligencia. Que ha reflexionado desde el despertar sexual adolescente, la violencia estética, el racismo y la discriminación con idéntico éxito.
¿Cómo logra This Is Us pasearse por temas tan distintos con relativa facilidad? Sin duda, se trata de un brillante guion, pero también de una estructura narrativa que favorece la mirada hacia puntos incómodos. Eso sin perder su cualidad como un producto televisivo creado para entretener y enternecer. Pero la serie, que alcanza su sexta y última temporada este año, es un compendio de buenas decisiones. Varias de las cuales permiten comprender el éxito que se ha labrado en contar historias dolorosas desde un ángulo privado. A la vez de ampliar su extensión hacia lugares más profundos de lo que podría suponerse de un melodrama televisivo en apariencia inofensivo.
Los dolores culturales puertas adentro
Randall Pearson (Sterling K. Brown) es un hombre afroamericano que fue adoptado por una familia blanca de clase media. La circunstancia ocurre además después de una muerte neonatal. Por separado, ambos temas son complicados de analizar y entender. Mucho más si se les combina en una larga sucesión argumental que brinda a Randall, la oportunidad de analizar su origen étnico desde una perspectiva nueva. This Is Us tiene la audacia de poner el punto de atención sobre la narración profunda de una situación inusual. Y también, de traumas sutiles de los que no suelen hablarse en la televisión.
Pero Randall, que creció en medio de una tensión y cultural que apela a su pertenencia, permitió a la serie crecer en espacios distintos. En especial, cuando su llegada a la familia Pearson, llevó al programa a hacerse preguntas sobre la exclusión y la discriminación. Muchas, jamás planteadas en programas anteriores. Otras, ya exploradas pero esta vez, contenidas bajo un ángulo sensible.
Lo mismo ocurre con el dilema de la maternidad. Rebecca Pearson (Mandy Moore) es una viuda madre de tres hijos que debe educar bajo la presión del miedo y la angustia por el duelo. Pero que también debe analizarse a sí misma más allá de los enfoques tradicionales sobre la mujer, el amor y la pérdida. La Rebecca de Moore se aleja de la madre televisiva corriente para acercarse más a una mirada profunda sobre la identidad. Y la serie sigue su tránsito desde una joven esposa hasta su vejez, con una paciente amabilidad. Un recorrido doloroso que ha conmovido a buena parte de la audiencia del programa.
Esos pequeños dolores invisibles que This Is Us muestra con habilidad

La muerte de Jack Pearson (Milo Ventimiglia) es el centro medular de las tres primeras temporadas. En específico, cuando la historia comienza a relatar a trozos la circunstancia en que falleció y el impacto que tuvo en su familia. Poco a poco, la forma en que los Pearson lidian con el trauma y el duelo se convirtió en centro medular de la premisa del programa. Pero a diferencia de otras tantas series que analizan puntos parecidos, This Is Us no sucumbió a la tentación de nuclear su historia a la tragedia.
De hecho, la desaparición física de Jack es el punto que une el resto de las historias. La que permite comprender a Kate (Chrissy Metz) desde varios puntos de vista. La que sostiene la trama en los momentos en que Kevin (Justin Hartley) sucumbe a la adicción o su complicada relación con sus hermanos. La muerte de Jack impacta a todo nivel y en numerosas maneras dentro de la versión de lo moral en This is Us.
Incluso, temas que requieren una mirada casi terapéutica como la lucha de Kate por su salud, son tratados en la serie de forma respetuosa y atinada. A través de cada temporada, el personaje ha crecido y madurado. También, analizado la maternidad y el amor a través del miedo y la inseguridad. Una perspectiva dolorosa que se ha hecho más rica y compleja de temporada en temporada.

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Para su sexta temporada, This Is Us promete cerrar sus historias con la misma pulcritud con la que la ha narrado durante casi un lustro. Un viaje emocional que terminará quizás con la conclusión más profunda de todas. Desde sus imperfecciones y dolores, la familia Pearson reflejan a buena parte de las familias contemporáneas. Un espejo rico en matices, que para bien o para mal, puede reflejarnos a todos.