¿Ghostface, de ‘Scream’, es realmente un psicópata?

Los amantes de la saga de terror Scream han tenido que esperar 11 años desde su última entrega. Hoy, una de las máscaras más conocidas y temidas de la historia del cine de terror vuelve a los cines con Scream 5 (Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, 2022). No sabemos quién estará esta vez detrás del personaje de Ghostface, ni tampoco si los guionistas serán capaces de captar la esencia psicopática en su personalidad. Lo que sí sabemos es que sus dos antecesores, Billy Loomis y Stu Macher, sí que forman parte de la lista de psicópatas del cine analizados en 2013 en un curioso estudio.

En él, un equipo de críticos de cine y psiquiatras del Erasme Academic Hospital, de Bruselas, analizó a 126 psicópatas, 105 hombres y 21 mujeres, pertenecientes a algunos de los títulos más famosos del cine. Su objetivo era ver si realmente se corresponden con el perfil de un psicópata en la vida real.

Y lo cierto es que hubo de todo. Algunos se ajustan a la perfección a la realidad. Otros introducen rasgos que quizás den más dramatismo a la historia, pero no se corresponden con la personalidad habitual de un psicópata. Y otros se quedan en el camino intermedio. Sí, están relativamente bien basados en la psicopatía, pero tampoco como para ponerlos de ejemplo a un grupo de estudiantes de psicología forense.

Clasificando a los psicópatas

Este estudio se centró en los personajes de 400 películas, estrenadas entre 1915 y 2010. Algunos de los personajes se describían como psicópatas en la propia película. Otros, aun sin mencionarse nunca el término, podrían enmarcarse sin problemas en la definición. 

El objetivo era ver cuáles podrían ser buenos ejemplos para enseñar los rasgos de psicopatía en el ámbito de la psicología forense. Y, para ello, en primer lugar los clasificaron como psicópatas primarios o secundarios. Los primarios son superficialmente encantadores, manipuladores, egocéntricos e incapaces de sentir amor o arrepentimiento.   Los secundarios, en cambio, son aquellos impulsivos y compulsivos, con una necesidad continua de estímulos y de oportunidades para reafirmar su poder. 

Aunque se suele relacionar al primario con el cine, en realidad los autores de este estudio vieron más rasgos secundarios en los personajes analizados. 

Además de esta clasificación general, los dividieron en psicopatía idiopática, manipulativa, pseudopsicopatía o macho. El psicópata idiopático es el que se corresponde con la definición clásica de psicópata. El manipulativo, en cambio, hace honor a su nombre y se caracteriza por una gran capacidad para manipular a las personas de su entorno. Por otro lado, el pseudopsicópata suele ser alguien con rasgos sociópatas, con falta de control emocional y de responsabilidad, normalmente a causa de enfermedades o lesiones en el cerebro. Y, para terminar, el psicópata macho es aquel que intimida a quienes le rodean para obtener sus propósitos. 

Se analizaron personajes de películas de terror, como la propia Scream, pero también de otros muchos géneros del cine. Por ejemplo, en la lista están el sheriff de Nottingham, de Robin Hood, o Michael y Vito Corleone, ambos de El Padrino. 

De ‘Scream’ a ‘Psicosis’, pasando por ‘El Silencio de los Corderos’

Con respecto a Scream, se analizaron los dos personajes principales detrás de la famosa máscara de Ghostface. El primero es Billy Loomis, que se define como un psicópata primario de tipo idiopático. En cuanto al segundo, Stu Macher, se muestra como un pseudopsicópata de tipo secundario. Además, se indica que este personaje de Scream cuenta con otro diagnóstico, concretamente un trastorno antisocial de la personalidad. 

En el estudio se indica que los psicópatas que mejor se corresponden con la realidad son Anton Chigurh, de No es país para viejos, y Norman Bates, de Psicosis. El primero es de tipo primario e idiopático. Un psicópata de manual. El segundo, en cambio, es un pseudopsicópata secundario, con un segundo diagnóstico de psicosis. 

En este se incide en que representa muy bien esa desconexión típica de la realidad que puede darse en algunos psicópatas. Tiene rasgos, en general, que pueden ser muy útiles para que se ponga como ejemplo en el ámbito de la psicología forense.

En cambio, a pesar de ser uno de los psicópatas más icónicos del cine, los autores de este estudio piensan que Hannibal Lecter, de El Silencio de los Corderos, está algo más alejado de la realidad. De hecho, ni siquiera pueden clasificarlo en base a unos rasgos definidos. Sí que pueden con otro personaje de la película: Jamie Gumb. En su caso, es un pseudopsicópata, secundario, diagnosticado también con parafilia.

¿Estará bien definido como psicópata el nuevo asesino de Scream? El tiempo lo dirá. De momento toca disfrutar de la película. Ya llegará el tiempo de las valoraciones.