La cuarta temporada de Cobra Kai gira sobre un eje claro: la dualidad entre ataque y defensa en la práctica del kárate. A pesar de haber abandonado Cobra Kai para formar su propio dojo, llamado Colmillo de Águila, Johnny Lawrence (William Zabka) sigue centrando las lecciones a sus alumnos en atacar primero. En cambio, en Miyagi Do, Daniel Larusso (Ralph Macchio) continúa con las enseñanzas del Señor Miyagi (Pat Morita) y presenta a sus pupilos el kárate como una estrategia defensiva. Pero esto no es algo propio solo de las artes marciales. Todos tenemos que elegir entre atacar o defender en múltiples facetas de nuestra vida. Y en eso, como en todo, el cerebro tiene mucho que decir. En este artículo vamos a ver qué regiones se activarían en el cerebro de los protagonistas de esta cuarta temporada. Eso sí, si no la has visto, espera para leerlo. 

Desde el mundo de los negocios hasta el ajedrez; pasando, por supuesto, por otros deportes, como el fútbol. Son muchos los ámbitos en los que el ataque o la defensa pueden definir nuestra forma de afrontar los retos. ¿Pero qué nos hace decantarnos por una u otra? ¿Es mejor elegir o lo óptimo es una combinación de ambas?

Si bien la mayoría de estudios científicos al respecto no se centran en el kárate, los que se han realizado en otros ámbitos pueden extrapolarse a lo que pasa en esta trepidante temporada de Cobra Kai. Y, por supuesto, pueden ayudar a responder a todas esas preguntas.

El dilema de la cuarta temporada de ‘Cobra Kai’

La tercera temporada dejó a Lawrence y Larusso dispuestos a olvidar sus diferencias y unir fuerzas para sacar a Cobra Kai del Valle. 

Sin embargo, poco después de comenzar con el entrenamiento estas diferencias se hacen aún más evidentes. El sensei de Miyagi Do ve demasiado duras las tácticas que su compañero usa para convertir a los alumnos en tipos duros. Por su parte, este opina que las técnicas de relajación y defensa de Larusso son una pérdida de tiempo. 

Al final, todo este dilema contagia a los alumnos, que en el torneo final comienzan a dudar sobre cuál es la mejor forma de enfrentarse a sus rivales de Cobra Kai. Y la moraleja, como siempre, resulta ser que la virtud está en el término medio.

¿Pero qué pasa en la vida real? ¿Qué es mejor? ¿Una buena defensa o un buen ataque?

hablar con ondas cerebrales

La defensa y el ataque leídas en el cerebro

En un estudio de 2018 llevado a cabo por científicos de la Universidad de Leiden, se analizaban las claves neurobiológicas detrás de las estrategias de ataque o defensa en el área de los negocios y las relaciones sociales.

En general, en este ámbito suele haber dos tipos de personas. Las que buscan un cambio y un aumento en sus ganancias a través de estrategias de ataque, y quienes solo quieren mantener su status quo y, para ello, se centran en evitar la derrota.

En un estudio sobre relaciones sociales, se concluye que el ataque puede fallar más que las estrategias defensivas

Ambas posturas pueden tener beneficios. Por ejemplo, quienes se centran en el ataque cuentan con la ventaja de no coincidir con el nivel de defensa de su objetivo. En cambio, los que eligen estrategias defensivas cuentan con la ventaja de igualar la competitividad del atacante. Se habla de negocios y relaciones sociales, pero no es tan distinto al kárate. Cobra Kai y Colmillo de Águila se jactan de la ventaja de atacar primero. Miyagi Do solo busca la defensa, pero es tan competitivo como el resto.

¿Pero qué ocurre a nivel cerebral? Según este estudio, las personas que prefieren el ataque tienen una mayor actividad en “vías neuroendocrinas subyacentes a la activación conductual y el exceso de confianza”. En cambio, para los que optan por la defensa, dicha actividad se centra en “redes neuronales dirigidas a la inhibición del comportamiento, el escaneo vigilante y las atribuciones hostiles”. Hay un mayor gasto para la defensa, al tener un mayor número de sistemas activos, pero también puede ser la causa de que el ataque, por sí solo, pueda fallar más a menudo.

Decisiones rápidas y precisas

Otro estudio, publicado un año más tarde por científicos del Instituto de Ciencias del Cerebro RIKEN, de Japón, se centraba en jugadores de una variante japonesa de ajedrez conocida como shogi. A todos se les realizó una resonancia magnética funcional del cerebro durante el juego para observar qué regiones se activaban en cada tipo de estrategia. En este caso, aunque puede haber jugadores con preferencias defensivas o de ataque en general, estas pueden variar a lo largo de una partida. Y también se deciden rápidamente en cada movimiento.

Se hicieron dos tipos de experimentos. En uno se dejó a los participantes, jugadores experimentados, jugar libremente. En otro, que sirvió como control experimental, se les dijo que la mitad de la partida defendieran y la otra mitad atacaran. Así, el ataque o la defensa no serían una decisión propia. No obstante, sí que se les pidió que eligieran el mejor movimiento dentro de una lista corta de opciones. Así, los investigadores podían separar los resultados sobre la actividad cerebral relacionada con decisiones de estrategia o de movimiento.

En ajedrez la decisión de atacar o defender se debe tomar rápidamente, casi de forma intuitiva

Finalmente, vieron que la decisión de ataque se asoció con una mayor actividad en la corteza cingulada posterior, relacionada con el aprendizaje y la memoria espacial. En cambio, la de defensa se vinculó con la actividad en la corteza cingulada anterior rostral, implicada en el control y la inhibición de las emociones a través de la supresión de la actividad de la amígdala. También vieron que la corteza prefrontal dorsolateral era igualmente activa para ambas estrategias.

Podría decirse que la corteza prefrontal dorsolateral es Robby Keene (Tanner Buchanan), cuando mezcla lo aprendido en Miyagi Do y en Cobra Kai para intentar ganar el torneo.

No obstante, vieron que estas decisiones no eran algo personal, sino más bien relacionado con la conformación anterior del tablero. Por otro lado, comprobaron que era más fácil para los jugadores elegir la estrategia óptima que quedarse con un movimiento. 

Ahora bien, ¿para qué sirven este tipo de estudios, más allá de comprender qué pasa por el cerebro de los protagonistas de Cobra Kai? Pues, según los autores de este estudio, entender la base neuronal de este tipo de decisiones de ataque o defensa puede ser útil para el desarrollo de inteligencias artificiales con una mejor capacidad de decisión intuitiva. 

No tiene nada que ver con el kárate. Aunque, pensándolo bien, si se pueden sacar golpes de artes marciales de dar y pulir cera a un coche, también se pueden relacionar estos estudios con las estrategias de lucha de Cobra Kai. Al fin y al cabo, las decisiones de atacar o defender están en todas partes.