Absolutamente nadie en la industria de los videojuegos esperaba que hoy, 18 de enero, se suscitara uno de los movimientos más importantes en la historia del entretenimiento. Microsoft anunció la compra de Activision Blizzard, uno de las editoras de videojuegos más grandes del mundo, por 68.700 millones de dólares. Evidentemente, el público tiene muchas dudas sobre cuál será el futuro de franquicias como Call of Duty una vez que se concrete la adquisición.

Entre las preguntas que más resuenan en estos momentos se encuentran las siguientes: ¿Los juegos de Call of Duty serán exclusivos de las consolas Xbox y PC?, ¿PlayStation se quedará sin el First Person Shooter más popular de la industria? Es normal que surjan estos cuestionamientos, sobre todo porque estamos hablando de un juego que distribuye millones de copias anualmente. No obstante, los jugadores de PlayStation pueden estar tranquilos —por ahora—.

Phil Spencer, máximo responsable de Xbox, comentó lo siguiente a Bloomberg para disipar dudas y transmitir tranquilidad: "Solo les diré a los jugadores que disfrutan juegos de Activision Blizzard en la plataforma de Sony: no es nuestra intención alejar a las comunidades de esa plataforma y seguimos comprometidos con eso."

Por su parte, un portavoz de Microsoft emitió esta declaración: "Los juegos de Activision Blizzard existen en una variedad de plataformas en la actualidad, y planeamos continuar apoyando a esas comunidades en el futuro. La adquisición trata de aumentar la disponibilidad del contenido de Activision Blizzard en más plataformas, incluido los dispositivos móviles."

Call of Duty en Xbox Game Pass es el verdadero golpe sobre la mesa

Call of Duty: Warzone

Si bien Microsoft no ha hecho mención específica de Call of Duty, se intuye que los juegos de esta franquicia podrían seguir viendo la luz en las consolas de Sony. ¿Por qué? Porque el FPS de Activision tiene una comunidad masiva en consolas PlayStation. Si los títulos de Call of Duty se convierten en exclusivos, Microsoft estaría contradiciendo sus palabras.

Para ser sinceros, los de Redmond no necesitan convertir a Call of Duty en una saga exclusiva para que su compra sea rentable. Pueden seguir obtenido ganancias considerables por la venta de juegos en PlayStation y, al mismo tiempo, atraer a nuevos jugadores a su plataforma porque los nuevos Call of Duty, quizá a partir de 2023, seguramente llegarán a Xbox Game Pass desde el día uno. Esto último es lo que verdaderamente debería preocupar a Sony, más aún cuando se rumora el lanzamiento de un servicio propio para competir con Xbox Game Pass.

El caso de Overwatch, Diablo, World of Warcraft, Starcraft y Crash Bandicoot, por mencionar algunas franquicias, será diferente. Aquí sí podríamos hacernos a la idea de una estrategia exclusiva en cuanto los organismos reguladores den luz verde a la adquisición.