Otro episodio más en el asunto de la extradición de Julian Assange: el Tribunal Superior de Reino Unido ha dictaminado que el fundador de Wikileaks podrá ser extraditado a Estados Unidos. Un fallo que llega un tiempo después de que un tribunal de Reino Unido bloquease la extradición y pusiese en marcha un procedimiento de revisión ante los órganos superiores.
El fallo, que puede ser apelado por Julian Assange (quien ya ha declarado que presentará recurso), es el último paso antes de que el fundador de Wikileaks pase a estar a disposición de la justicia norteamericana, siempre y cuando su apelación no sea aceptada por el Tribunal.
Con esta decisión, la corte superior elimina de un plumazo parte de las pretensiones del tribunal inferior que determinó que Assange no podía ser extraditado al considerase este hecho una amenaza para la salud mental de Assange y aumentaba su riesgo de suicidio.
Assange apelará la decisión de extradición
No obstante, la justicia de los Estados Unidos apeló la decisión, y declaró que pondría en marcha toda una serie de mecanismos asegurando a la justicia británica ciertas garantías para evitar que el proceso pueda afectar a la salud de Assange. Entre ellas, aceptó que fundador de Wikileaks no será retenido en una prisión de alta seguridad durante la fase previa al juicio o si es declarado culpable.
Además, la justicia norteamericana también ha garantizado que Estados Unidos permitirá, en todo caso, que Assange pueda cumplir cualquier sentencia, de ser hallado culpable, en su Australia natal.
No obstante, no es el punto final, puesto que la justicia británica todavía tendrá que examinar el recurso de Assange a esta decisión de extradición:
"Apelaremos esta decisión lo antes posible. (...) ¿Cómo puede ser justo, cómo puede ser correcto, cómo puede ser posible, extraditar a Julian al mismo país que conspiró para matarlo?"
Stella Moris, prometida de Assange tras la decisión del tribunal.
Si finalmente es extraditado, la cosas para Assange en EE.UU. son complicadas: ha sido acusado de 18 cargos, incluidos 17 cargos de espionaje y un cargo de uso indebido de equipos electrónicos.
Además está acusado de conspirar para piratear equipos militares de Estados Unidos con el fin de publicar documentos diplomáticos confidenciales en WikiLeaks. En total, los cargos arrojan una sentencia máxima de 175 años de prisión, que podrá cumplir en Australia si es encontrado culpable.