Desde este 30 de diciembre de 2020 las personas que den positivo por coronavirus o sean contacto estrecho sin vacunar tendrán que cambiar respectivamente sus protocolos de aislamiento y cuarentena. Antes el mínimo de días se encontraba en 10, ahora ha bajado a 7. Es la segunda vez que el Ministerio de Sanidad opta por cambiar estos periodos que, en un principio, se situaban en 14 días

Lo han hecho ante la avalancha de casos generada por la variante ómicron, con el objetivo de buscar un equilibrio entre la sanidad y la economía. Si una empresa pasa mucho tiempo con varios de sus trabajadores aislados o incluso si estos no gastan, eso puede suponer un elevado coste económico.

Ya sabemos el motivo. ¿Pero es justificable o una afronta a la ciencia? Y, por otro lado, ¿qué es exactamente lo que dice la nueva norma? ¿Son todos los pacientes positivos los que deben realizar este aislamiento o hay alguna excepción? En este artículo vamos a responder a todas estas preguntas, pero empecemos por lo básico: cuarentena no es lo mismo que aislamiento.

Las diferencias entre cuarentena y aislamiento

Desde el principio de la pandemia hemos usado indistintamente las palabras cuarentena, aislamiento e incluso confinamiento. Sin embargo, no son lo mismo y es importante tenerlo claro para entender a qué se aplica esta modificación en el protocolo.

El aislamiento es el que realiza alguien infectado cuando se separa de personas sanas para evitar el contagio. En cambio, si la persona que se separa no ha mostrado estar infectada, pero sí podría estarlo, bien por síntomas o bien por haber mantenido un contacto estrecho, estamos hablando de cuarentena. También se denominan cuarentenas a los periodos que debe cumplir sin salir de casa alguien que ha viajado desde un país de alto riesgo. No está claro que haya tenido un contacto estrecho. Pero, viniendo de donde viene, se hace por prevención.

Lo que realizan las personas que han dado positivo es aislamiento

En cuanto al confinamiento, es lo que vivimos todos en la primera ola, cuando se nos pidió que nos quedáramos en casa de forma masiva para evitar la expansión del virus. Ahora bien, teniendo esto en cuenta, veamos qué es lo que cambia con el nuevo protocolo.

Contagiados asintomáticos y contactos estrechos sin vacunar

El protocolo es exactamente el mismo que hasta ahora, solo que todo lo que antes suponía 10 días ahora pasa a 7.

Por lo tanto, las personas que han sido contacto estrecho pero su prueba ha dado negativo y están vacunadas siguen sin tener que hacer cuarentena, salvo que su comunidad autónoma así lo solicite y se le conceda el permiso para hacerlo. Eso sí, alguien que haya tenido un contacto estrecho y tenga alguna de las vacunas del coronavirus puede hacer vida relativamente normal, pero usando mascarilla, evitando reuniones masivas y procurando pasar unos días sin tener contacto con personas vulnerables.

El aislamiento de 7 días se aplicará solo a personas asintomáticas

En cuanto a los no vacunados, antes debían mantenerse 10 días en cuarentena, pero ahora esta cifra pasa a 7. Siempre que se mantengan sin síntomas, claro.

Y quizás lo más lioso es la parte que llega con los aislamientos por positivo. Es importante remarcar que ni antes con 10 días ni ahora con 7 esta es una cifra para todos. En realidad, se trata del mínimo de aislamiento que se debe cumplir. Una persona que se mantiene totalmente asintomática durante 7 días podría ya salir entonces. Eso sí, pasando después unos días de precaución similares a los de los contactos estrechos vacunados. Si tiene síntomas, solo podrá salir el séptimo día si no ha tenido síntomas en los tres últimos. Igual que antes con 10 días, pero ahora con 7.

Pero aquí llega el quid de la cuestión: ¿es esto suficiente? En este caso, deberíamos ceder la palabra a la ciencia.

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Medakit (UNsplash)

No todos los casos son iguales

Es cierto que se ha visto que con ómicron, unida a las vacunas, parece ser que el virus se incuba más deprisa y también la infección acaba antes la fase de contagiosidad. ¿Pero podemos estar seguros de que 7 días sean suficientes?

“La evidencia actual nos muestra que la mayor parte de la transmisión del virus sucede  generalmente en los primeros días antes de la aparición de los síntomas y unos 3 días después”, explica a Hipertextual José Jiménez Guardeño,  investigador postdoctoral en el Departamento de Enfermedades Infecciosas del King's College de Londres. “Sin embargo, hay que tener en cuenta que esto no significa que una persona no pueda contagiar en otro momento de la infección. Lo que significa es que la probabilidad va a ser menor.”

Es muy aconsejable realizar un test pasados esos 7 días

Por eso, lo ideal sería salir del aislamiento, o incluso de las cuarentenas en el caso de los no vacunados, solo con un test negativo. O incluso dos para confirmar. “Creo que hacer un test de antígenos al final del aislamiento sería útil porque si es positivo la persona debería continuar con el aislamiento”, señala el investigador. “De hecho, eso es lo que está haciendo Reino Unido”.

¿Y por qué un test de antígenos en vez de una PCR? Para empezar, porque hacer PCRs de una forma tan masiva sería muy complicado en una situación como la que estamos viviendo. Por otro, porque la PCR detecta restos del material genético del virus, de modo que dará positivo mientras este siga en el organismo, aunque la infección ya haya remitido y el paciente no sea contagioso. En cambio, el test de antígenos da positivo cuando la carga viral es suficientemente alta como para contagiar.

Si previamente esa persona había dado positivo (por eso suponemos que está aislada), en el momento que negativice, es muy probable que ya no contagie. Pero si da positivo, por mucho que hayan pasado 7 días, lo recomendable es que siga con el aislamiento.

Cabe destacar que, si bien ayer la FDA de Estados Unidos hizo un aviso de la posibilidad de que los test de antígenos no sean tan sensibles con ómicron como con otras variantes, eso no significa que los test de los que disponemos hayan dejado de funcionar. “Es cierto que según la FDA hay datos que indican que la sensibilidad (la posibilidad de detectar un positivo) de los test de antígenos para detectar la variante ómicron podría ser menor, pero eso no significa que no se pueda detectar”, aclara Jiménez Guardeño. “Además, son resultados preliminares que todavía hay que confirmar”.

Por otro lado, el experto consultado por este medio cuenta que, si esto se confirma, “el principal problema estaría en que habría una mayor cantidad de falsos negativos, sobre todo al comienzo de la infección”. Por eso, “es importante que si una persona tiene síntomas o sospecha que puede tener COVID-19 se realice una PCR, que es una técnica mucho más sensible que los test de antígenos”.

En definitiva, reducir el tiempo de aislamiento de enfermos y cuarentena de contactos estrechos en algunos casos puede ser útil solo si después se realizan test. Si no se hace por protocolo, habría que dejarlo todo en manos de la responsabilidad individual. Esto genera ya bastante hastío. Pero, al menos, disponemos en las farmacias de test de antígenos para, siempre que nos los podamos pagar, asegurarnos de que, ya que salimos, lo hacemos sin contagiar. Así, pondremos de nuestra parte para que la balanza entre la economía y la sanidad se encuentre lo más equilibrada posible.