Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre. Y no es mentira. Sin embargo, las plantas tropicales se han convertido en las verdaderas conquistadoras de los hogares del mundo. Nada como poner un poco de vida verde en casa después de estar 2 meses sin poder salir. Desde que comenzase el confinamiento, el efecto planta de interior ha evolucionado en tal medida que, muy seguramente, más de un salón ya es una delegación del Amazonas con todos sus derechos reservados. Habrá que esperar que la histeria permanece y si las plantas siguen vivas con el regreso a la normalidad.

Tras los clásicos e inmortales potos, plantas del dinero (que nunca dieron tal) y los eternos cactus, toda una nueva ristra de ejemplares tropicales. Más llamativos, más sofisticados; ya no valen los modelos de toda la vida. El adicto a las plantas ya no se conforma con los clásicos de hoy, mañana y siempre. En un giro de los acontecimientos, las elecciones se tornan a nuevas exigencias. Ahora bien, ¿de dónde vienen todas esas plantas tropicales y cómo se mantiene ese ritmo desde el inicio de la pandemia?

En este punto, hay opiniones para todos los gustos. Los que buscan al producto nacional y los que van más allá. Porque como ocurre en el negocio de las flores cortadas, el líder indiscutible es Holanda. El país de casi 41.000 kilómetros cuadrados destaca en tulipanes, rosas y sí, sorprendentemente también plantas de interior principalmente tropicales. Pase lo que pase, no hay quien le sople en estos términos. O sí. De aquí a un tiempo, pequeños productores locales han estado trabajando en sacar adelante un negocio que empieza a a ser interesante a nivel internacional. Valencia, Cataluña o Andalucía –principalmente en Almería– ya apuntan a conquistar el negocio de las llamadas plantas vivas u ornamentales. La cosa ya no va solo de verduras o flores.

También en el sector de los negocios. Amén de los viveros o tiendas que, antes de la pandemia, tenían pequeñas tiendas online, pocos se dedicaban a la venta de plantas. Sí que comenzaba a despuntar Colvin con su idea de de ramos de flores para todos los públicos, pero poco había de plantas vivas. Monstera y HomyJungle comenzaron en el negocio prácticamente a la par para comerse un sector que empezaba a dar sus primeros pasos. También comenzaban con ideas completemente opuestas respecto a dónde buscar esas plantas.

Muchas plantas y mucho terreno, pero Holanda gana

El sector de la llamada planta ornamental ocupa unas 4.921 hectáreas de producción en España. Un 6,68 % menos que en 2019; un descenso motivado, principalmente por la pandemia mundial. Pese al incremento de las ventas, el sector se ha resentido. Sin embargo, estas cifras contrastan con la producción. España es, junto a Alemania, el país que más ha aumentado su producción en estos últimos 5 años: casi un 80%, que apunta a un verdadero despunte del mercado de las plantas vivas y de interior.

Con unas exportaciones de 358 millones de euros en 2020 –dirigidas principalmente a Alemania– y ocupando el 3,2 % de la producción hortofrutícola nacional, sigue siendo Cataluña la que más plantas produce de forma histórica. El 38 % concretamente. Sin embargo, a la región le está saliendo un duro competidor en forma de invernadero. Almería, en una reconversión que comenzó en los años 80 y que a día de hoy se está afianzando en el mercado internacional, va ganando terreno a base de invernaderos intensivos. También en plantas tropicales: diplademias de las que se producen 4 millones de unidades anuales, las navideñas poinsetias, hibiscus o crasas o las tropicales monsteras ya entran dentro de su menú.

Sin embargo, y aunque las cifras nacionales ya apuntan maneras. Holanda está a la cabeza de cualquier cifra. Si España cuenta con una cuota de mercado del 3,4%, Holanda se lleva el 86%. Y casi el 40% de las importaciones nacionales son, como no podía ser de otra forma, de Países Bajos.

Producción nacional vs. holandesa, a por las plantas tropicales de moda

Decía Colvin, la startup de ramos de flores, que el negocio de las plantas era absurdo. Flores que se cultivaban en España, se cortaban para viajar a Holanda, vencerse en la subasta para, muchas de ellas, volver a sus compradores en España. Un tiempo de vida perdido que acorta la resistencia de las flores. En el mercado de las flores vivas ocurre lo mismo, pero con una sensible diferencia: las plantas permanecen después de compradas. Al menos durante un tiempo, depende de la mano de su dueño.

Aquí, el debate que mantienen las diferentes compañías, es sobre el mismo origen de las plantas tropicales. HomyJungle, nacida en 2019, nació dentro de un vivero en Valencia. Con sus inicios, coincidiendo con la pandemia prácticamente, su trabajo se centró a ayudar a los centros a vencer su excedente y también a ayudar a los compradores a mantener vivas sus adquisiciones. Sin poder salir de casa y sin plataformas e-commerce era la única forma de darle salida a su productos. Dos años después, Homy Jungle mantiene su política de apoyar al productor local. Casi el 90% de sus plantas tropicales vienen de productores nacionales.

Principalmente en Valencia, ahora también en Almería con el invernadero de Las Fresas principalmente. Pero también en Galicia; según aumentan las ventas, crecen sus proveedores. Para la compañía, que solo busca en Holanda algunos tipos de planta que España no produce, "a nivel de calidad de plantas es absurdo y de sostenibilidad ni te cuento", explica Felipe Fontanet. Las variedades twister, con trenzados que solo se encuentran en productores muy concretos, solo se trabajan en Holanda, pero para el experto en botánica y fundador de la empresa, casi el resto de ejemplares se encuentran en España.

Además de la cuestión medioambiental que supone transportar plantas de uno punto a otro de Europa, está la cuestión de la adaptación. Para Felipe, el hecho de que las plantas tropicales nazcan y crezcan cerca del lugar donde van a vivir es una garantía de supervivencia –especialmente si no es su hábitat natural–. También criadas en invernadero, al igual que en Holanda, el hecho de estar adaptadas al calor y la humedad de España ya es toda una ventaja. También a las intensivas horas de luz.

Opciones para todos los gustos en este menú tropical

Plantas tropicales en casa
Foto por Thuan Pham en Unsplash

Por su parte, Monstera nació en pleno 2020. También dedicada al negocio online de venta de plantas vivas, la compañía tenía apuntado en marzo de 2020 despuntar como negocio. Con una nave alquilada para su distribución cerca del 11 de marzo, dos días después se lanzaba el estado de alarma. Tuvieron que esperar a mayo para iniciar su verdadero camino.

Para Sergi Villaubí, fundador de Monstera, el sector estaba claro. "La parte buena es que el sector del ramo tuvo explosión durante el confinamiento, pero no es creciente. Las nuevas generaciones buscan otras cosas por lo que es un buen momento para las plantas vivas", apunta el fundador.

En el caso de Monstera, la balanza de negocio es completamente opuesta. El 90% de sus plantas vienen directamente desde Holanda. También tienen productores belgas y de algunas regiones del norte de Europa. El resto, apuntan, intentan que sea de productor nacional. Sin embargo, para la compañía, el sector aún no es competitivo en muchas de las variedades que ellos venden. Las monsteras –lógicamente–, potus limón y otras tantas plantas tropicales aún no están plenamente instauradas en España. Tampoco son rentables para los productores que tienen que hacer grandes inversiones.

"El problema en España es que el cultivado no tiene tanta salida como para que le salga a cuenta. En verano hay mucho proveedor español que vale la pena, en invierno se complica y muchas de nuestras referencias no existen en España. Es mejor trabajar con referencias de aquí por clima, pero también hay calidades. Si vemos que por mucho que la planta esté aclimatada la calidad es peor, nos quedamos con el holandés. Y al revés. Venga de donde venga y cueste lo que cueste".

Sergi Villaubí, Monstera

Y no le falta razón en ese punto. La inversión de Holanda en la digitalización de invernaderos para plantas tropicales ha crecido en los últimos años. Con un espacio limitado para el cultivo, el ingenio ha venido por la tecnología. Cultivos verticales, drones y automatizaciones han creado el ecosistema perfecto para cultivar plantas tropicales durante todo el año. El tema de la sostenibilidad quizá no sea el centro de negocio en este punto.

En España, con algunas excepciones, se mantiene el cultivo de temporada. En las épocas de menos ventas, el negocio vira a un modelo que intenta conquistar a los nuevos amantes de la plantas y después vuelven a sus negocios estables. ¿El problema? Para Monstera no es algo estable y, de momento, prefiere ir de compras a Holanda. Así que, hasta nuevo aviso, la mayor parte de tus plantas tropicales de casa seguirán representando un pequeño espacio del país de los zuecos y tulipanes.

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