No, nadie se ha dejado un pequeño nigiri de salmón en un acuario de Fukushima, en Japón. Se trata de un crustáceo cuya apariencia con esta sabrosa pieza de sushi es realmente sorprendente.

Las fotos las compartió el propio acuario en sus redes sociales, en una publicación en la que cuentan algunas curiosidades sobre su historia. Poco se sabe de él, más allá de que posiblemente sea un isópodo del género Rocinela, al que pertenecen unas 40 especies, según ha explicado su cuidadora en Vice.

También sabemos que es un parásito de otros animales marinos y que precisamente esa costumbre de aprovecharse de los demás es la que le ha convertido en algo tan parecido a un nigiri. Pero empecemos su historia por el principio.

Un curioso nigiri abandonado en las redes de pesca

Este crustáceo-nigiri apareció en las redes de unos pescadores que se encontraban faenando cerca de la costa de Rausu, en Hokkaido, la isla más septentrional de Japón.

Otros animales como él tienen un color mucho más apagado

Se encontraba a una profundidad de 800 a 1.200 metros y parecía tener el estómago lleno. Pero no saben de qué se había alimentado, pues en el momento de la captura no estaba unido al cuerpo de ningún otro animal. Suele adherirse a sus lomos o incluso situarse entre los órganos, pero este se encontraba suelto cuando lo pescaron.

Por eso no es posible saber exactamente de dónde viene su apariencia. Porque sí, generalmente los isópodos como él son de un color más apagado, tendente al marrón claro. No suelen tener ese tono salmón tan vivo, por lo que muy probablemente es el resultado de algo que comió. O, más bien, algo que parasitó.

El primo pequeño del crustáceo Darth Vader

Este pequeño nigiri de mar mide unos 3 centímetros aproximadamente. Pero no todos los isópodos son así de pequeños.

De hecho, en 2020 se describió por primera vez otro isópodo, bautizado como Bathynomus raksasa, cuyo nombre ya da pistas sobre su tamaño, pues raksasa significa gigante en Indonesia. El animal medía unos 33 centímetros de promedio y poseía un exoesqueleto tan robusto e imponente que comenzó a conocerse popularmente como el Darth Vader de los mares. Y ojo, que no es el isópodo más grande que existe. Hay algunos que llegan a medir hasta 50 centímetros. 

De cualquier modo, gigante o no, lo cierto es que hay que echar algo de imaginación para ver el casco de Darth Vader en ese isópodo. Pero mucha menos para visualizar un nigiri de salmón en el cuerpo de su primo pequeño. Está clarísimo cómo lo conocerán posiblemente en el acuario a partir de ahora.