Durante las primeras olas de COVID-19, se reportaron numerosos casos de lesiones de la piel en los dedos, similares a los sabañones. Aunque podían ocurrir en cualquier paciente, eran más comunes en los más jóvenes, sobre todo en niños. Solían aparecer al final de la infección, algunas veces incluso semanas después, cuando el resto de los síntomas ya habían remitido. Y no parecían revestir gravedad, pues generalmente desaparecían por sí solas. Esto es lo que sabíamos hasta ahora de este síntoma. Sin embargo, la causa que lo provocaba era un misterio.

Pero ya no lo es, pues un equipo de científicos de la Universidad de París ha encontrado la respuesta en una investigación, cuyos resultados han publicado en el British Journal of Dermatology.

Para ello, han contado con 50 pacientes de COVID-19 que acudieron al Hospital Saint-Louis, de la capital francesa, entre el 9 y el 16 de abril de 2020. ¿Pero qué han encontrado exactamente?

El origen de las lesiones en la piel de los dedos por COVID-19

Para la realización de este estudio no solo contaron con muestras de sangre de los pacientes antes mencionados. También las de otras personas que habían experimentado lesiones en la piel similares a los sabañones antes de la pandemia. Se recurrió a ellos porque estaba claro que el origen de su afección no era la COVID-19, de modo que podían servir como control.

Los pacientes con lesiones en la piel de los dedos tenían altos niveles de interferón tipo I y autoanticuerpos

Al comparar, observaron que los que sí habían tenido COVID-19 antes de la lesión tenían niveles altos de interferón tipo I. Estas son unas proteínas que actúan regulando algunas funciones del sistema inmunitario, y que en exceso suelen estar relacionadas con la presencia de algunas enfermedades autoinmunes, como el lupus. Además, encontraron niveles altos de autoanticuerpos. Es decir, anticuerpos que, aunque se generaron como respuesta a la infección, no atacaban al virus, sino a las propias células de los pacientes.

Esta lucha contra un objetivo equivocado genera unos altos niveles de inflamación, que en otros casos pueden ir asociados a lesiones de la piel, como los propios sabañones. Y eso parece ser lo que le ocurre a estos pacientes, en los que por suerte esa equivocación del sistema inmunitario resultó ser inocente. 

En otros casos no ocurrió lo mismo. De hecho, se sabe que muchos de los casos de muertes y hospitalizaciones en pacientes jóvenes se dieron por una respuesta excesiva del sistema inmunitario. Todo esto es algo que se está reduciendo notabilísimamente gracias a las vacunas. Tanto lo grave como lo leve, pues ya apenas se ven lesiones en la piel de los dedos. Aunque esto también parece estar relacionado con que las variantes más recientes y dominantes son menos proclives a generar este tipo de síntomas. Sea como sea, está claro que la vacunación ha sido esa arma decisiva con la que tanto soñamos. Por eso, los indecisos deberían animarse de una vez por todas.

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