Innovar en un mercado como el de los smartphones, donde la competencia es tan brutal, es bastante complicado. De hecho, la sensación para muchas personas es que se había llegado a un periodo de consolidación en el que sólo unas pocas marcas eran capaces de sorprender en cuanto a diseño e innovación.
Durante esos años, las mejoras parecían venir en el apartado de software, manteniendo una línea de diseño muy similar en los nuevos lanzamientos. Sin embargo, hay marcas que siguen apostando por revolucionar con cada presentación el mundo de los smartphones. Algunas personas recordarán, por ejemplo, cuando Samsung introdujo la pantalla curva en el Samsung Galaxy Note Edge, un teléfono que sirvió de modelo para el resto de la industria, llevando los límites de las pantallas a nuevos horizontes.
Lo cierto es que si pones los últimos lanzamientos del mercado sobre una mesa, cuesta diferenciarlos un poco, sobre todo si los pones boca arriba. Algunos, como el Samsung Galaxy S21 siguen innovando en el diseño buscando ese equilibrio entre un cambio estético y operativo, sin olvidar añadir nuevas funciones al uso que hacemos de un teléfono móvil.
La realidad es que el mercado demanda cambios que vuelvan a ilusionar a los consumidores, y eso lo hizo Samsung en febrero de 2019 con el lanzamiento al mercado de consumo de los móviles plegables.
De un prototipo futurista al bolsillo
Hace algunos años, los teléfonos plegables se veían como algo de ciencia ficción, de película de Steven Spielberg y con muy poca trascendencia en el día a día de las personas. ¿Fabricar un teléfono resistente cuya pantalla pudiese abrirse y doblarse cambiando el formato del teléfono? Imposible. Sin embargo, desde febrero de 2019, Samsung ha ido trabajando en una generación de teléfonos plegables cada vez mejores y no sólo eso, sino también más accesibles. Empezó con el Samsung Galaxy Z Fold y al que luego se le unió el Samsung Galaxy Z Flip.
Desde su presentación, quedaba claro que esta familia de dispositivos había venido para quedarse. Si bien todos los inicios son duros, durante estos dos años y pico Samsung ha conseguido pulirlos al máximo y su utilidad está fuera de toda duda, no sólo para las personas que usan su teléfono para trabajar, sino también para las que lo utilizan para disfrutar del mejor contenido multimedia.
Además, el Samsung Galaxy Z Flip3 5Gdemocratiza aún más el precio de los teléfonos plegables, convirtiéndose en una opción a la altura, en precio, del resto de opciones de gamas altas de la competencia.
Utilidad de la mano del Modo Flex
La principal característica del Samsung Galaxy Z Fold3 y Z Flip3 5G, esa que les hace completamente únicos, es su pantalla plegable, y el modo Flex es el encargado de que cada usuario pueda sacar todo el partido a su teléfono móvil.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que los dos terminales pueden utilizarse perfectamente con la pantalla plegada. En el caso del Samsung Galaxy Z Fold3 5G de manera completa gracias a su pantalla de 6.2 pulgadas Dynamic AMOLED; y en el caso de Samsung Galaxy Z Flip3, de una manera más ajustada utilizando su pantalla de 1.9 pulgadas Super AMOLED, pero también más que suficiente para interactuar con lo más básico que nos ofrece un teléfono móvil, como leer mensajes, ver el tiempo o controlar la música.
Para activar el modo Flex, sólo hay que desplegar la pantalla y colocar el dispositivo en modo “L”. A partir de ahí, la pantalla se divide en dos mitades para aprovechar al máximo todas las funcionalidades de los nuevos Samsung Galaxy Z.
En el caso del Samsung Galaxy Z Flip3, gracias a su apertura en modo concha, al utilizar la cámara, el modo Flex funciona de la siguiente manera: cuando plegamos el teléfono por la mitad, las opciones de disparo que habitualmente se encuentran en la parte superior, pasan a la inferior para facilitar el control y la función trípode.
Funciones de la cámara en un teléfono plegable
Quizá la función más utilizada en un teléfono sea su cámara. Tanto para hacer una foto al estilo tradicional, un selfie o participar en una videollamada, es importante que el teléfono sea lo más versátil posible. En los nuevos Samsung Galaxy Z Fold3 y Z Flip3 al abrirlo a la mitad y ponerlo en forma de “L”, con el modo Flex activado podemos:
- Dejar el teléfono apoyado sobre una mesa mientras participamos en una llamada, utilizando su cámara frontal.
- Utilizarlo como trípode, importante si por ejemplo queremos grabar un vídeo y queremos evitar los típicos temblores que tenemos todos al grabar.
- En el caso del Samsung Galaxy Z Flip3, también podemos utilizar la cámara principal del teléfono para hacernos un selfie, pudiendo ver en su pantalla pequeña cuál será el resultado, a modo de espejo.
La productividad en la pantalla del Samsung Galaxy Z Fold3
Ya hemos hablado en otros artículos de las posibilidades que ofrece un teléfono con estas características. Si hay muchas personas que ya están acostumbradas a trabajar en un teléfono tradicional, es sencillo imaginar lo que supone poder abrirlo por la mitad y hacerlo aún más grande. Eso cobra más importancia aún en un Samsung Galaxy Z Fold3, que incluye la compatibilidad con su S Pen para poder tomar y digitalizar notas o también marcar aspectos importantes en cualquier documento.
En este sentido, la clave es el modo multitarea, que nos permite abrir hasta tres aplicaciones al mismo tiempo e interactuar entre ellas. Abrir por ejemplo una aplicación para hacer una videollamada y, en la otra mitad, abrir un documento de texto para ir tomando notas.
La apuesta de Samsung por los móviles plegables ha quedado clara. En primer lugar, desarrollando los teléfonos más innovadores que podemos encontrar en el mercado. En segundo lugar, dando motivos para vencer los prejuicios de poca resistencia (su estructura y bisagra de aluminio son la prueba), y en tercer lugar, acercándolo a una mayor parte de consumidores, con una apuesta clara en el Samsung Galaxy Z Flip3. Con todo esto, queda claro que el potencial y la utilidad que ofrecen los móviles plegables está fuera de toda duda.