Un equipo de científicos de Caltech acaba de describir un curioso fenómeno cuya existencia se había predicho teóricamente, pero no había podido observarse nunca. Se trata de la aparición abrupta de una supernova por el choque de un agujero negro o una estrella de neutrones con una estrella compañera. 

El hallazgo, relatado en Science, es especialmente curioso, ya que es el resultado de la unión de un puzle de millones de años, que había ido dejando caer sus piezas poco a poco a lo largo de la última década

Es cierto que no se puede saber exactamente qué pasó. Sin embargo, sí que hay una explicación muy probable, cuyo resultado podría describirse como un nuevo tipo de supernova.

Las piezas del puzle que terminó con una nueva supernova

Todo comenzó cuando un investigador graduado de Caltech, Dillon Dong, se encontraba analizando datos recogidos por el Very Large Array Sky Survey (VLASS), un instrumento que rastrea el cielo a través de la detección de señales en la longitud de onda de radio.

Las señales se registraron en 2017 y 2014

Le llamó la atención una de 2017, correspondiente a una fuente extremadamente luminosa de ondas de radio, a la que bautizaron como VTJ 121001+4959647. Nunca había visto algo así. Observó que procedía de una estrella rodeada de una gruesa y densa capa de gas, que habría sido arrojada por la propia estrella cientos de años antes. 

En cuanto a esa señal tan luminosa, era algo conocido como transitorio de radio, que se  generaría durante la explosión que da lugar a una supernova. Pero era el más brillante que habían visto nunca.

Necesitaba más datos para saber exactamente cómo podría haber ocurrido algo así. Y la idea, según cuentan en un comunicado de Caltech, se la dio su compañera Anna Ho, al proponer inspeccionar un catálogo de breves eventos brillantes, medidos en el espectro de rayos X.

Al hacerlo, encontraron una señal registrada en el mismo lugar del cielo que VTJ 121001+4959647. Se detectó en 2014 y había sido denominada VT 1210+4956. Estaba claro que ambas parecían proceder de un mismo evento, ¿pero cuál? 

La estrella de neutrones o el agujero negro entran en juego

Para saber cómo se relacionan ambos eventos, este equipo de científicos realizó varios modelos computacionales en los que se buscaba cómo podrían encajar mejor las piezas. Y dieron con la que sería la explicación más probable.

Nunca se habían registrado las señales a la formación de una supernova por fusión

La cadena de acontecimientos se iniciaría con el remanente de una estrella masiva que ya habría explotado antes. Es decir, una estrella de neutrones o un agujero negro. Este objeto orbitaría muy cerca de otra estrella, interaccionando gravitacionalmente con ella hasta el punto de de empezar a desviar su atmósfera y expulsarla al espacio. Esto habría provocado esa capa densa de gas que se detectó alrededor de la estrella del transitorio de radio de 2017.

Una vez que esto sucedió, el agujero negro o la estrella de neutrones se fueron acercando más y más a esa estrella, hasta el punto de estrellarse contra ella, engulléndola y provocando la abrupta explosión que generaría la supernova y, con ella, esa primera señal de rayos X detectada en 2014. A continuación, el chorro de material que salió despedido con el estallido chocaría con la nube de gas, generando la señal de 2017.

Por lo general, una explosión de supernova ocurre poco a poco, cuando la estrella se queda sin el combustible que genera energía en su núcleo. Como esa sí que se han detectado muchos casos. Pero como esto no se había detectado nada antes. Se había teorizado con ello, pero no se habían registrado las señales del acontecimiento. Por eso es un hallazgo tan importante.