La nueva temporada de la serie de Netflix The Witcher se estrenará en diciembre, pero la plataforma ya intenta despertar el interés de los fans con un spin-off del mismo universo. The Witcher: la pesadilla del lobo es una profundización en el mundo del cazador de monstruos, pero también un tránsito inteligente entre dos historias. 

De hecho, la mayor intención de la película de Netflix es la de crear un puente entre todo lo que conocemos de Geralt de Rivia y brindar contexto. Uno muy necesario después de que varias de las criticas más recurrentes contra la serie se refiriesen a su fragmentada línea de tiempo y el uso de la magia. 

Como todo universo fantástico que se precie, The Witcher tiene sus propias reglas. Pero el problema de la serie de Netflix es que debe absorber tanto las de la saga literaria como la del conocido videojuego. The Witcher: la pesadilla del lobo es el intento más pulcro de la historia por crear una línea de tiempo comprensible. También de mostrar los laberínticos recovecos de la historia que rodea al brujo como personaje y sustento del argumento. Y lo hace a través de su maestro Vesemir. Uno de los nuevos rostros en la trama televisiva que más expectación ha causado. 

Se trata de una narración independiente que además elabora una concepción inteligente sobre el mundo de la magia. Plantea sus limitaciones, alcances y presenta a un personaje central que será de capital importancia en la venidera temporada. 

'The Witcher: la pesadilla del lobo', un recorrido por lugares desconocidos

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Para la ocasión, Vesemir es un brujo en problemas. Los fans de la saga y el videojuego reconocerán el nombre de inmediato, pero el programa tiene el buen tino de brindar amplitud al personaje. Lo logra creando una situación que solo atañe a Vesemir y que no necesita al programa central de Netflix para comprenderse. 

El hombre que entrenará al más temible cazador de monstruos, tiene un contexto y problemas propios. Es de agradecer que The Witcher: la pesadilla del lobo especule sobre cómo los brujos son algo más que curiosidades en una historia más amplia. De hecho, el guion de Beau DeMayo plantea la noción sobre la magia y lo fantástico desde lo tenebroso. Lo cual empalma con la serie de Netflix y explora lo narrado en libros y videojuegos. 

Esta mirada inteligente a un gran mundo plagado de criaturas, hombres y mujeres es plena. El animador utiliza los mejores recursos de la productora Powerhouse para crear una sensación de inquietud realista. 

En la serie The Witcher la acción se dividía en tres partes y recorría las historias de sus personajes desde la convicción del destino. Con Vesemir, las cosas funcionan por completo distintas. Es un cazador de monstruos que cumple su trabajo, no depende de nadie y mucho menos se relaciona con algo más que sí mismo.

Esa comprensión sobre lo misterioso llega a convertirse en una especie de versión Western de lo fantástico. El habitual hombre solitario de las películas de Sergio Leone toma el manto de un cazador de criaturas a sueldo. El tono y el registro de la serie tiene la suficiente habilidad para narrar de forma intuitiva esa percepción. 

Si el Geralt de Rivia de Henry Cavill escapa de su destino, Vesemir disfruta de su poder. Lo es tanto como para que su labor sea una forma de demostrar su carácter. En The Witcher: la pesadilla del lobo la percepción sobre la búsqueda del poder es distinta a la versión humana de la obra. Y es de agradecer esa diferencia, esa libertad destructiva y colosal que la serie muestra sin ningún pudor. 

Lo nuevo, lo viejo y lo que nos espera

The Witcher: La pesadilla del lobo

El reino de Kaedwen tiene problemas. Pero también tiene ideas retorcidas que incluyen cómo controlar el poder de los brujos. O al menos es lo que el argumento plantea de inmediato. Con su esquema de monstruo de la semana, el primer escenario al que Vesemir debe enfrentarse es al de reafirmar el motivo de su existencia.

Vesemir no es un héroe. Más cercano a un bribón con poderes y a un hombre misterioso, la película de Netflix plantea que hay mucho más bajo la superficie del personaje. Lo logra al mostrar su historia a través de flashback, pero también con el recorrido de su formación como cazamonstruos. Hay algo de enorme interés en esta línea de hombres que heredan capacidades asombrosas. Pero no por ello son menos humanos o cercanos a la noción sobre el honor, el miedo y el desprecio.

La película, ofrece más complejidad de lo que parece y disfruta del recorrido por el mundo de The Witcher con un desenfadado interés. Para sus últimas escenas es evidente que el guion narró un recorrido por algo más que las aventuras de Vesemir. En realidad, se trata de una mirada a todo un universo que comienza a desplegarse. Y hacerlo, de forma intuitiva, entusiasta e inteligente. Un logro considerable para una película animada de Netflix sin demasiadas pretensiones. 

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