No es un día más para Nintendo, tras conocerse el retiro de uno de sus más reconocidos empleados. Lance Barr anunció su alejamiento de la industria tras desempeñarse en la compañía durante prácticamente 40 años. Estamos hablando, ni más ni menos, de quien se encargó de diseñar la Nintendo Entertainment System (NES) y la versión estadounidense de la Super Nintendo.
Fue el propio Barr quien dio a conocer la noticia a través de su perfil en LinkedIn (vía VGC). "Después de casi 39 años en Nintendo, me retiro para dedicarme a 'otros' proyectos", manifestó el propio diseñador. Su historia con la empresa comenzó en diciembre de 1982, cuando aplicó para un trabajo de medio tiempo; esto ocurrió mientras cursaba la carrera de diseño industrial en la Universidad de Washington.
Con el tiempo, el vínculo de Lance Barr con Nintendo of America fue permanente, y se convirtió en diseñador de producto, área que posteriormente dirigió. Y si bien ha estado involucrado en incontable cantidad de proyectos dentro de la empresa, no existen dudas de que ha sido una pieza clave para el éxito de la NES en Occidente.
Lance Barr y su impacto para el éxito de las consolas de Nintendo en Occidente
El diseñador fue encargado con la misión de otorgarle una nueva apariencia a la Famicom de Nintendo para su lanzamiento en Norteamérica. La consola se lanzó en Japón en julio de 1983 y desembarcó poco más de dos años después, en octubre de 1985, en Estados Unidos.
Sin embargo, estéticamente la Nintendo Entertainment System no se parecía en nada a la Family Computer japonesa. La historia de la consola es bastante extensa pero, en resumen, Barr y Don James se encargaron de darle el aspecto definitivo (en formato y colores), que después se convirtió en una marca registrada en buena parte del mundo.
Uno de los puntos más llamativos se relaciona con el cambio en la posición de colocación del cartucho. La ranura ya no estaba en la parte superior, sino en el frente, detrás de una tapa rebatible. Como la crisis de Atari había generado desconfianza en las consolas hogareñas, le otorgaron a la NES un diseño con un cierto aire a un reproductor de videocintas. Así, fue más fácil promocionarlo como un "sistema de entretenimiento" y evitar que le pesara la mala fama que aquejaba a sus rivales.
Años más tarde, le llegó el turno a la Super Nintendo. En este caso, los cambios en materia diseño fueron menos drásticos que en la NES; Lance Barr se encargó de modificar la estética de la consola para la versión que salió a la venta casi con exclusividad en Estados Unidos. A diferencia de la Super Famicom, cuyo diseño se mantuvo en la versión europea de la SNES, la edición norteamericana tuvo bordes rectos y adoptó el color violeta para los botones, tanto en el cuerpo de la consola como en el mando.
Queda claro que el aporte de Barr a la industria es inconmensurable. Por ello, que se retire no solamente impacta a Nintendo, sino a todo el sector. Su trabajo es parte de un legado que, sin dudas, ha trascendido generaciones.