El escuadrón suicida de James Gunn es un éxito en la crítica, toda una rareza para el cine de superhéroes. Pero además, parece estar a punto de convertirse en una de los mejores films del Universo Expandido de DC. La que se consideró “la película imposible” y que por varios años fue un proyecto incómodo, encontró su lugar. Y lo hizo gracias a que el director James Gunn recibió toda la libertad que David Ayer no logró.
De hecho, El escuadrón suicida es el resultado de la confluencia de varias lecciones sobre el cine contemporáneo. Tanto Marvel como DC, aprendieron acerca de las relaciones con el público. También, de cómo un error significativo puede beneficiar a la competencia.
Entre una y otra cosa, hay una perspectiva de considerable importancia sobre lo que la audiencia exige y también, lo que el cine ofrece. El escuadrón suicida logró demostrar que el cine con personalidad, transgresor y no del todo cómodo, es posible. Y lo es en la época en que las grandes franquicias atraviesan transiciones. Es una mirada interesante a lo que vendrá en el futuro en el cine de entretenimiento.
Algunas cosas que aprender de El escuadrón suicida de James Gunn
Hace poco, el David Ayer se quejó que la versión de Suicide Squad del 2016 que llegó a la pantalla no fue la que dirigió. La información confirma los rumores sobre la presión que el realizador soportó durante la filmación. Y también, que la edición final fue el resultado de las exigencias de los ejecutivos de Warner.
El resultado fue un desastre crítico que a pesar de ser un éxito de taquilla, causó un daño considerable a la propuesta cinematográfica de DC. La película carecía de sentido, orden e incluso ritmo interno, y era bastante evidente que se trataban de varias piezas unidas de forma apresurada. Fue notorio que, para el estudio, la necesidad de equiparar el éxito de Marvel se convirtiera en una exigencia. No importa si eso dañaba la premisa principal del filme o terminaba por destrozar la integridad de la premisa.
Lo mismo ocurrió, pero a un nivel mucho más amplio y preocupante, con La Liga de la Justicia de Zack Snyder. El largometraje terminó por convertirse en una combinación poco afortunada de trozos de ideas dispares, que al final dañó el resultado en pantalla.
El desastre fue de tal magnitud, que provocó la ya famosa campaña en redes de los fanáticos. Una con la suficiente repercusión para convertirse en un hito de las relaciones de público y estudio. Después de cinco años de presión y que Warner admitiera tácitamente el error, la versión del director demostró la disparidad de criterios en edición. El llamado Snyder Cut es una obra distinta a la que llegó al cine. Y también, la prueba de la restricción de la libertad creativa de los directores en las grandes franquicias.
La lección al parecer fue lo suficientemente dura para Warner como para intentar cambiar el núcleo de las próximas películas DC. El escuadrón suicida dejó claro que el estudio había decidido arriesgarse o al menos, tomar decisiones más amplias con respecto a sus producciones.
Y lo hizo de la manera más inesperada posible: aprovechando un error considerable de su más cercana competencia.
Gunn, a las armas y a la cámara
Hace unos días, el productor de El escuadrón suicida, Peter Safran, comentó que la decisión de Disney de despedir a James Gunn, benefició a Warner. Por supuesto, se refería a la polémica que surgió en el 2018 debido a unos antiguos tweets y que provocó una reacción inmediata en Disney. James Gunn, artífice del éxito de la duología de Guardianes de la Galaxia, fue prácticamente expulsado del estudio. ¿La razón? Una serie de opiniones controvertidas en redes sociales.
Para el 2018, ocurrían varias cosas a la vez en las grandes franquicias de superhéroes. Marvel se había convertido en la más rentable propuesta cinematográfica de Disney, lo que provocó que el control creativo se incrementara. A la vez, Warner Bros. se replanteaba de origen el universo heroico de DC. Entre ambas cosas, había una gran pregunta que nadie podía responder del todo. ¿Cual era el futuro de ambos universos?.
Marvel se enfrentaba al cierre apoteósico de su fase tres, con Infinity War de los hermanos Russo sorprendiendo por su premisa. Al otro extremo, Warner había decidido dar marcha a Joker de Todd Phillips, un experimento fuera de los cánones del estudio. También, había estrenado con un considerable éxito de taquilla Aquaman de James Wan, por completo alejado del tono habitual de sus filmes.
De modo que el despido de Gunn, que venía de celebrar el éxito de Guardianes de la Galaxia II del 2017, fue un punto de inflexión. Uno que Warner, además, no dudó en aprovechar. Lo comentó Peter Safran, el productor de El escuadrón suicida, quien consideró que la decisión de Marvel fue “exagerada” pero abrió las puertas a Warner para experimentar.
Así lo expresó en el podcast Hero Nation de Deadline, en el que habló directamente sobre el tema. “Creo que la gente sintió que fue una reacción exagerada de Disney y Marvel. Y en última instancia, Disney y Marvel sintieron también que fue una reacción exagerada”, dijo Safran. “Porque no mucho después de que firmó para hacer El escuadrón suicida (…) revocaron su decisión y lo invitaron a regresar y terminar su trilogía [Guardianes de la Galaxia]”.
Safran hizo énfasis en un tema capital. El hecho que Gunn llegó a Warner en el momento ideal para reformular su premisa sobre su universo de superhéroes. Se trató de una manera de asimilar las lecciones aprendidas por los fracasos para alcanzar algo nuevo. Como si eso no fuera suficiente, también fue un recorrido complicado hacia algo medular. Warner no solo asumió la posibilidad de dar una nueva oportunidad a Suicide Squad, sino buscar su identidad.
El productor ,además, dejó claro que Gunn representa un punto específico en la historia de ambos universos. “Fue algo terrible cuando sucedió, pero el error de Marvel resultó ser un gran beneficio para DC y Warner” dijo Safran. El escuadrón suicida tiene un índice de aprobación total del 97%, lo que la convierte en la película DC mejor apreciada por los críticos. Pero también, en el resultado de una larga evolución de Warner y una toma de conciencia de Marvel, sobre sus límites.
¿El escuadrón suicida marcará un antes y un después en el cine de superhéroes? Por ahora ya lo ha hecho al demostrar que una sola decisión puede cambiar la historia de una franquicia lucrativa. Un logro más que considerable en nuestra época.