La versión beta de la conducción autónoma total de Tesla ha conseguido un importante hito: un viaje desde Los Angeles hasta San Francisco sin intervención humana alguna. El recorrido de 611 kilómetros empezó y terminó dentro de ciudad usando un Model 3.

El logro, además, tiene la particularidad de que se hizo con la versión 9.1 beta del sistema de conducción autónoma total, que usa únicamente las cámaras y prescinde de los radares. A lo largo de todo el camino solo hubo una interrupción al viaje para hacer una recarga en el Supercharger de la ciudad de Kettleman a mitad de camino.

Semanas atrás Tesla anunció que el sistema de conducción autónoma total en el que están trabajando usando inteligencia artificial, dejaría de utilizar datos de los radares de sus vehículos y usarían únicamente visión artificial por medio de las cámaras integradas. De hecho los Model 3 y Model Y fabricados en los últimos meses para el mercado norteamericano ya no incluyen estos componentes.

El anuncio generó preocupación y durante semanas se argumentó una probable pérdida de calidad del sistema de conducción autónoma total, sobre todo en condiciones de baja visibilidad. Tesla ha explicado que los radares terminan siendo un lastre para el sistema de aprendizaje artificial. Tras las primeras pruebas realizadas por un pequeño grupo de personas dentro de Estados Unidos, la versión 9.1 beta del sistema ha demostrado funcionar aún mejor que antes, usando únicamente las ocho cámaras en los vehículos.

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Conducción autónoma total de Los Angeles a San Francisco en un Tesla sin intervención humana

El vídeo publicado por el popular entusiasta de Tesla, Whole Mars Catalog, quien tiene acceso a la beta de la conducción autónoma total muestra un viaje sin grandes novedades. Se puede observar al vehículo haciendo conducción dentro y fuera de ciudad, en autopistas, con y sin tráfico de otros vehículos.

El único momento en el cual hizo falta intervención humana tuvo relación con el acto de carga. El vehículo se condujo solo hasta la entrada del Supercharger donde, de forma manual, se aparcó en el punto de carga elegido. Una rutina que perfectamente podría automatizarse también en el futuro.

La aproximación elegida por Tesla a la conducción autónoma total es intentar depender de la menor cantidad de elementos y tecnologías externas posibles, para apoyarse de lleno en la inteligencia artificial y su procesamiento por el propio vehículo. Es decir, que sea lo más cercano a lo que un humano necesita para poder conducir: sus ojos y un mapa.

El sistema de conducción autónoma total de Tesla solo necesitaría las cámaras y el mapa GPS, que se guarda en el vehículo y no se descarga bajo demanda. De hecho, si se queda sin internet, el coche sigue siendo capaz de navegar de punto A a punto B. La compañía tampoco hace un trazado previo de rutas, ciudades o áreas geográficas, a diferencia del método de Waymo). Sino que usa los datos de miles de vehículos circulando por todo el mundo para crear modelos de aprendizaje artificial que conducen tan bien o mejor que un humano.

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