Entre los grandes avances que se están alcanzando en el siglo XXI se encuentra la posibilidad de dar a las personas con problemas de habla o de movimiento la capacidad de desenvolverse en su día a día. Lo que hace pocas décadas habría parecido ciencia ficción, hoy es toda una realidad. No hay más que ver dispositivos como el famoso Neuralink de Elon Musk. La mayoría de ellos consisten en algoritmos que traducen la actividad cerebral en movimientos. Así, alguien que no pueda hablar sería capaz de hacerlo, por ejemplo, al mover un cursor sobre una pantalla con letras. Pero este es un proceso lento. Por eso, resulta especialmente interesante un nuevo proyecto, en el que han logrado que un paciente pueda hablar con ondas cerebrales.
Los responsables de este gran hito son científicos de la Universidad de California San Francisco. De momento, solo han probado su dispositivo con un paciente, cuya evolución cuentan en un estudio en The New England Journal of Medicine.
Sin embargo, planean llevarlo hasta más personas. Son muchos los pacientes que, ya sea por accidentes o enfermedades, han perdido la capacidad de moverse y hablar. Gracias a esto, podrían comunicarse con las personas que les rodean y, de este modo, hacer que su vida sea un poco más normal.
El hombre que pudo hablar con ondas cerebrales
Para la realización de este estudio, sus autores primero colocaron electrodos para medir las ondas cerebrales de pacientes con el habla intacta, sometidos a intervenciones quirúrgicas.
El objetivo era decodificar las señales que controlan el tracto vocal y analizar patrones para predecir palabras. Pero para el siguiente paso sí que necesitaban pacientes con dificultad para hablar y moverse.
Por eso, hicieron un llamamiento en busca de voluntarios. El primero que acudió a su llamada y que cumplía los requisitos fue un hombre de 36 años, que sufrió un derrame cerebral a los 20. Como consecuencia, había perdido la capacidad de hablar con claridad. Además, los movimientos de su cabeza, su cuello y sus extremidades estaban muy limitados. Eso sí, sus capacidades cognitivas permanecían intactas. Hasta entonces, se había comunicado gracias a un dispositivo colocado en una gorra de béisbol, que le permitía seleccionar letras mediante un puntero. Ni siquiera lo hacía a través del control mental de compañías como Neuralink. Directamente señalaba en la pantalla físicamente, como se ve en el vídeo de abajo.
Cuando conoció la posibilidad de hablar con ondas cerebrales directamente, usando palabras completas y sin punteros, quiso formar parte del proyecto. Y así fue, aunque aún les quedaban unos cuantos meses de trabajo por delante.
Empieza el entrenamiento
Durante la fase de capacitación para hablar con ondas cerebrales, se le dio una lista de 50 palabras cotidianas, como “agua”, “bien” o “familia”. Después, se le implantó en su corteza cerebral del habla un electrodo de alta densidad.
Gracias a él, pudieron medir la actividad en esta región del cerebro durante 48 sesiones en las que fue intentando decir las palabras anteriores. No lograba decirlas, pero el simple intento quedaba registrado en el implante.
A continuación, utilizaron la inteligencia artificial para diseñar un algoritmo capaz de relacionar esa actividad cerebral con las palabras, hasta el punto de formar frases, que se escribirían directamente sobre una pantalla.
Ya solo quedaba probar si todo había funcionado. Para ello, le hicieron preguntas como: “Cómo estás hoy?” o “¿Quieres un poco de agua?”. El paciente pudo contestar “estoy muy bien” para la primera y “no, gracias, no tengo sed” para la segunda.
Era algo sin igual. Ni Neuralink ni ninguna otra interfaz cerebro-máquina habían logrado algo así. Es cierto que las frases no eran siempre perfectas. De hecho, la precisión en las palabras era de un 75%. Sin embargo, un sistema de corrección de texto sencillo, similar al que usan los teléfonos móviles, pudo corregir los errores, aumentando mucho más ese 75%.
Otro punto fuerte es que, al hablar con ondas cerebrales directamente, el proceso era mucho más rápido que yendo de letra en letra o moviendo un cursor. Concretamente, se decodificaron unas 18 palabras por minuto. Ante este éxito, que hará mucho más fácil la vida del paciente, esperan poder probarlo con otras personas. Sin duda, estos avances de la ciencia son todo un canto a la esperanza.