Luca (Enrico Casarosa, 2021), la nueva película de Disney y Pixar que ya está disponible en Disney Plus, podría ser vista como un homenaje a la cultura italiana. Ya no solo por el lugar donde se desarrolla la historia –Portorosso, inexistente pero inspirado en la costa italiana–; también por las referencias gastronómicas –helado, pasta–, deportivas –fútbol y ciclismo– y la Vespa.
Dentro de todas esos guiños, sus protagonistas, Alberto y Luca, fomentan una ilusión particular hacia un objeto, un medio de transporte con una historia tan rica como italiana: la Vespa. Se trata de una antigua firma de motos arraigada, de una u otra forma, dentro de la cultura italiana y, a gran escala, en el imaginario de todos los amantes de las motos.
La Vespa fue desarrollada por Enrico Piaggio, dueño de la compañía Piaggio, y Corradino D'Ascanio, quien fue un ingeniero aeronáutico. Ellos buscaban una alternativa más cómoda a los medios de transporte tradicionales, luego de la Segunda Guerra Mundial. Ese fue el principio de una historia tan curiosa como trascendental de un ícono que, como se refiere en Luca, también es un sinónimo de libertad.
Vespa: ¿cómo surgió?
Cuando Corradino D’Ascanio le presentó el prototipo a Enrico Piaggio, el jefe comentó: “Es bonita. Me recuerda a una avispa”. Ante sus ojos, Piaggio tenía un vehículo revolucionario en distintos sentidos. Desde la comodidad que transmitía como por un detalle no menor. El motor se ubicaba sobre la rueda trasera, a la inversa que tantas motos tradicionales.
Se sospecha que D’Ascanio sacó esa idea, la del motor sobre la rueda, a partir del estudio de los diseños de distintos aviones, una de sus debilidades. El resultado fue un vehículo con la parte delantera delgada acompañada de una de las ruedas, un conector –donde reposan los pies– y la parte trasera, alterando la disposición común del motor. Un detalle que redondeó la similitud con el insecto fue el manillar, evocando las antenas de la avispa.
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La primera fue la Vespa 98. Se fabricó con objetivos comerciales durante abril de 1946 y fue presentada en sociedad en el circuito de golf de Roma. A partir de entonces, la fábrica de Pontedera comenzaría a producirlas. Desde abril de 1946 hasta abril de 1947, se fabricaron 2484 Vespas. Aunque en principio no llamaron tanto la atención, año tras año la producción fue aumentando. Para 1956 la compañía ya había vendido un millón de ejemplares en Europa.
El auge de la compañía y el desarrollo de nuevos diseños fue acompañado por distintos medios especializados. El crecimiento de su reputación, de la mano con la expansión hacia otros mercados de Europa y de Estados Unidos, derivó en comentarios positivos de la propia revista Times, que ya la definía como algo “completamente italiano”. Esa interpretación, por su valor cultural, justifica su aparición en Luca.
Aquella máquina, con chasis tubular, sin suspensión trasera, pensada con una carrocería delantera que protegiera al conductor, casi como un escudo, comenzó a llamar la atención de propios y extraños a partir de su diseño innovador. Poco a poco se instauraba como un clásico.
La historia de la compañía
Si bien la historia de la Vespa comenzó en 1946, el relato de la compañía productora tiene raíces aún más profundas. Su fundador fue Rinaldo Piaggio, quien en 1884 armó una empresa enfocada en la producción de barcos. Luego, el negocio se expandió hacia la fabricación de ferrocarriles, furgonetas y distintos vehículos a motor, casi como un eco de la primera revolución industrial, que se extendió hasta 1840, según se estima.
Piaggio siguió a lo suyo, desarrollando maquinaria de traslado de distintas magnitudes. Pero, durante 1917, dio uno de sus grandes saltos: empezó a fabricar hidroaviones y aviones durante la Primera Guerra Mundial. Como varias compañías fabricantes de la época, el negocio resultó. Hasta tal punto que Piaggio se convirtió en una de las empresas de referencia dentro de ese campo.
Ese crecimiento sólo encontró freno durante otro conflicto armado, la Segunda Guerra Mundial. Las fábricas de Piaggio fueron bombardeadas y la compañía tuvo que repensarse en distintos aspectos. Luego del conflicto, con ciudades arrasadas y vías de comunicación inexistentes, había una necesidad latente. Urgía un medio de transporte económico en relación con otros particulares.
Esa fue la idea que movió a Enrico Piaggio. Puede que por eso, quizá, sea un vehículo en el que predomina el espacio del asiento y la protección de las piernas antes que la velocidad o la preferencia por diseños más aerodinámicas y exhuberantes, por ejemplo. El resultado de ese interés inicial no solo favoreció a la compañía, que comenzaba a avanzar hacia otra dirección, conservando su esencia; también dejó a la humanidad un diseño que ha trascendido a sus creadores y a la época en la que se produjo, con más de treinta prototipos presentados. Un par de ellos aparecen en Luca.
La Vespa y el cine
La Vespa, con el pasar del tiempo, ya había dejado de llamar la atención a solo medios de comunicación. Su expansión y atractivo, incrementando niveles de venta, la llevó a otro plano: se convirtió en un ícono cultural, por lo general asociado con Italia.
Es probable que en esto tuviera mucha influencia su aparición en distintas películas destacadas –antes que en Luca– en la historia del cine y, en particular, la figura de Audrey Hepburn. Ella es la protagonista de Vacaciones en Roma (William Wyler, 1953). Es común que en los afiches y reproducciones inspiradas en la obra destaque la imagen de la actriz manejando una Vespa, viajando con Gregory Peck.
Otras de las películas en las que apareció una Vespa, con un nivel mayor o menor de exposición, son: La Dolce Vita (Federico Fellini, 1960), A Roma con amor (Woody Allen, 2012), Bajo el sol de Toscana (Audrey Wells, 2003), U.N.C.L.E (Guy Ritchie, 2015), entre otras.
En la actualidad, Vespa conserva varios de los aspectos que la hicieron particular e innovadora en su momento. A eso se suma la habilidad de la compañía para adaptarse a las tendencias de su tiempo. Por eso ya se puede conseguir una Vespa electrónica.
El legado parece estar a buen resguardo. Continúa la producción empresarial, celebrando hace poco los 75 años del lanzamiento. Hay épocas durante las que la Vespa se vuelve a poner de moda –más allá de los usuarios y clubes tradicionales– y obras como Luca que siguen cultivando su recuerdo y tradición.