Cada año aparecen decenas de prototipos coches en el Salón del Automóvil de Ginebra, pero solo unos pocos logran convertirse en una realidad. Rimac Automobili ha materializado en tan solo una década algunos de sus proyectos más ambiciosos. El último de sus conceptos, denominado C_Two, se ha convertido en un hipercoche eléctrico llamado Nevera. Entre sus extraordinarias cualidades se destacan sus 1.914 CV y su velocidad máxima de 415 km/h.

El Rimac Nevera es una extraordinaria combinación de potencia, velocidad y estilo. De espíritu completamente eléctrico, cuenta con cuatro motores, es decir uno en cada rueda. Estos son alimentados por un paquete de baterías de 120kWh con 6.960 celdas refrigeradas por líquido. ¿El resultado? Una potencia de 1.4 MW que, según la compañía, es equivalente a 1.914 CV.

Pero vamos a los datos que más adrenalina generan. Rimac asegura que el Nevera alcanzará las 60 mph (96 km/h) en menos de 1,85 segundos. En cuanto a la velocidad máxima, aseguran que es de 258 mph (415 km/h), sorprendentemente más rápido que la prometida por el Tesla Roadster 2020 (402 km/h), pero por debajo la del Bugatti Chiron (420 km/h).

Rendimiento y apariencia destacados

Una de las cualidades más sobresalientes de Rimac, es su capacidad para crear soluciones de ingeniería de alto nivel. En este sentido, ha desarrollado un sistema llamado All-Wheel Torque Vectoring 2 (R-AWTV 2) para sustituir al clásico sistema de estabilidad electrónico. Básicamente otorga mayor control y agarre en todo tipo de escenarios. "Es un software hace más de 100 cálculos por segundo para adaptar el nivel de torque y lograr el estilo de conducción deseado”, dice Rimac.

El Nevera cuenta con una docena de sensores ultrasónicos, 13 cámaras y un conjunto de radares operado por NVIDIA Pegasus y Rimac Driving Coach. Se trata de un sistema que, gracias a la inteligencia artificial, guiará al conductor con señales visuales y sonidos para que sepa más precisamente en qué momento doblar y acelerar en una pista.

Nevera: más que un coche, una experiencia

Ahora hablemos del exterior. El Nevera es una obra de arte por dentro y por fuera. Cuenta con un monocasco de fibra de carbono que reduce el peso y mejora la seguridad. El paquete de baterías se encuentra integrado a esta pieza que, según Rimac, es "la más grande de la industria".

¿Y por dentro? Rimac ha hecho un buen trabajo al combinar la moderna tecnología de visualización junto a las líneas tradicionales de los deportivos. Cuenta con tres pantallas: una tras el volante, que muestra el panel de instrumentos y demás información configurable; una horizontal central y una más pequeña y bien rectangular para el acompañante.

Cuando compras un hipercoche también te llevas con él una experiencia, un concepto y una filosofía. Rimac ha querido llevar esto al siguiente nivel, pero a su manera. Por eso, aseguran que ningún Nevera será igual a otro. Para ello, los futuros propietarios podrán ir a Croacia para "diseñar el automóvil según sus requisitos".

Se les permitirá elegir entre una amplia gama de opciones de materiales y elementos personalizados. Además, podrán acceder a un programa de personalización premium que ofrecerá versiones GT, Signature, Timeless o Bespoke. Eso sí, en total se construirán solo 150 unidades a un precio inicial de 2,4 millones de dólares.

Rimac, más que un fabricante de coches

Mate Rimac, fundador de Rimac Automobili | Crédito: Porsche
Mate Rimac, fundador de Rimac Automobili | Crédito: Porsche

Rimac, es más que un fabricante de automóviles. Es el socio y parte fundamental de algunos de los más grandes de la industria. Se trata de un hito que ha conseguido en sus menos de 15 años de historia.

Su catálogo cuenta con el Concept One, el automóvil eléctrico de producción más rápido del mundo en 2013, y su sucesor el C Two, que se ha convertido en el Nevera y que llegó para cambiar las reglas de juego.

La compañía fabrica y comercializa baterías, sistemas de transmisión para Porsche, McLaren y otras firmas. Todo esto bajo el liderazgo de Mate Rimac, un joven croata de 33 años que inició su sueño en el garaje de la casa de sus padres donde convirtió un viejo BMW Serie 3 de 1984 en un un automóvil eléctrico y fundó su propia compañía en 2009.