Un eclipse solar es un espectáculo único. Aunque solo hay tres tipos, cada uno es diferente. Para los astrofotógrafos suponen momentos maravillosos para sacar sus cámaras a pasear. El problema es que no se ven en todo el planeta por igual. Por eso, puede que estos espectáculos les queden a miles y miles de kilómetros de distancia. Para la mayoría de los mortales este es un motivo para rendirse y disfrutar de ellos únicamente a través de las retransmisiones en directo. Sin embargo, para los cazadores de eclipses no es un problema. Incluso se puede considerar prácticamente un aliciente.

Estas son personas que intentan presenciar el mayor número posible de eclipses durante su vida. Algunos son fotógrafos. Otros simplemente disfrutan mirando el espectáculo, sin inmortalizarlo más allá de sus retinas y de sus propios recuerdos. Pero, tanto para unos como para otros, es una ilusión en la que invierten gustosamente su tiempo y su dinero. 

Y, claro, cómo no podría ser de otra manera, hay quien hace negocio con ello. En algunos casos, a niveles difíciles de imaginar.

A la caza del eclipse solar

Los eclipses lunares son fenómenos preciosos, que hacen las delicias de cualquier amante de la astronomía. Pero no tienen el mismo magnetismo que un eclipse solar. Al menos no para los conocidos como cazadores de eclipses.

Para saber un poco más sobre el tema, en Hipertextual nos hemos puesto en contacto con el director de la revista Astronomía, Ángel Gómez Roldán. Es un gran aficionado, que ha llegado a ver hasta 9 eclipses totales de Sol, y tiene claro por qué son tan atractivos, aunque no menosprecia los de Luna. “Son muy distintos, y cada uno tiene su encanto”, explica. “Los lunares son de noche, lentos y llamativos, pero los de Sol son de día y mucho más espectaculares si son totales. La fase de totalidad es rápida, explosiva y, por qué no decirlo, brutal. Te deja sin aliento”.

Por este motivo, las personas como Ángel planean con tiempo sus viajes para presenciar el próximo gran eclipse solar. Habrá algunos próximamente. Por ejemplo, en 2022 habrá dos eclipses parciales, uno en abril y otro en octubre. El problema es que un eclipse solar parcial no es tan llamativo como uno total o anular. Por eso, la vista de los cazadores de eclipses está ya puesta en 2026 y 2027

Expectación en España

Desde 1959 no se ha visto en España un eclipse solar total”, recuerda Gómez Roldán. “Fue en Canarias”.

Desde 1959 no se ha visto un eclipse solar total en Epaña y desde 1999 en Europa

Por eso, ahora hay gran expectación con el de 2026. Ocurrirá en agosto y será el primero visible en Europa desde 1999. Los mejores lugares del continente para verlo serán Rusia, Groenlandia, Italia, Portugal y España. En este último, será visible en el norte y en las Islas Baleares, por lo que algunas personas ya planean sus vacaciones de verano, con 5 años de antelación, para ir a parar a alguno de estos lugares.

La misma expectación, o incluso más, hay con el de agosto de 2027. Este será visible especialmente en Cádiz, Málaga, Ceuta y Melilla. Se trata de una época del año en la que los alojamientos costeros alcanzan máximos de ocupación, por lo que muchos cazadores de eclipses ya están planeando alquilar apartamentos o incluso barcos en estos territorios, para ver bien cerca el espectáculo. 

Este es el destino para los que no quieran salir de España. Sin embargo, para 2027 algunos grandes aficionados ya están ahorrando para viajar a Luxor, Egipto, pues esta será una de las ciudades en las que mejor se observará la desaparición del astro rey.

El negocio de los cazadores de eclipses

Detrás de una gran expectación siempre hay un gran negocio. Por eso, muchos propietarios de apartamentos en alquiler aprovechan este aumento de demanda para subir sus precios. Ocurre en cualquier lugar en el que se vaya a ver de lleno un eclipse solar, pero sobre todo si se trata de enclaves exóticos. “Cuando un eclipse pasa por sitios remotos y poco poblados, los precios se vuelven astronómicos, nunca mejor dicho”, señala el aficionado consultado por este medio.  “Incluso con años de antelación. Por ejemplo, en el eclipse total de la isla de Pascua de 2010 los precios de los alojamientos se multiplicaron por 10”.

En lugares muy remoto, los precios de los alojamientos pueden llegar a multiplicarse por 10

Ángel Gómez Roldán, director de la revista 'Astronomía'

Supone un gasto de dinero enorme, que quizás alguien no aficionado a la astronomía no puede comprender. Sin embargo, Gómez Roldán lo tiene claro: “Si no has visto un eclipse total de Sol no puedes imaginar lo que vas a sentir. Por eso, una vez visto uno, lo único que piensas es: ¿cuándo y dónde es el próximo?”

Para terminar de definir lo que se siente, nos cita un párrafo del libro A Handbook of Solar Eclipses, de la astrónoma Isabel Martin Lewis:

"Observar un eclipse total de Sol es un privilegio que tiene muy poca gente. Una vez visto, no obstante, es un fenómeno que no se habrá de olvidar jamás. El cuerpo negro de la Luna sobresaliendo en siniestro relieve entre el Sol y la Tierra; el repentino y brillante resplandor de la perlada corona, imposible de observar en ningún otro momento; las protuberancias escarlatas elevándose desde la superficie del Sol oculto hasta alturas de muchos miles de millas; la desacostumbrada presencia de las estrellas más brillantes y los planetas durante el día; la oscuridad del crepúsculo, y la brisa extraña en el aire. Hay algo en todo esto que afecta incluso a los nervios más templados, y es casi con un suspiro de alivio que saludamos el regreso de nuestro amigo el Sol".

A Handbook of solar Eclipes, Isabel Martin Lewis

En definitiva, si hay quien ahorra durante años para tumbarse frente a las aguas turquesas del Caribe, ¿por qué no iban a hacerlo otras personas para presenciar un espectáculo así?

Como todo en la vida, es una cuestión de gustos. Y, como todo en la vida, mueve muchísimo dinero. Por eso, puede que ya haya personas en Cádiz preparándose para hacer su agosto. El de 2027.