A día de hoy, más de 23 millones de personas han contraído el coronavirus en la India. La variante surgida entre sus fronteras parece ser la culpable de la gran contagiosidad de la enfermedad. No obstante, también hay otros motivos. Por ejemplo, que tras las primeras olas muchas personas se confiaran y le quitaran hierro a la situación. Y también que incluso los propios gobernantes del país propusieran tratarla a través de pseudociencias como la homeopatía o la medicina ayurvédica. Ahora, los científicos indios han vuelto a mostrar su preocupación, después de que el incremento en el número de casos haya alentado la difusión de bulos como que la caca de vaca puede servir para prevenir o tratar la COVID-19.

En realidad, es un ingrediente común en la medicina ayurvédica. Lógicamente su utilidad no tiene ninguna evidencia científica, ni contra el coronavirus ni contra ninguna otra patología. Pero sí que puede generar otras enfermedades, por la transferencia de microorganismos procedentes de las heces. Por eso, usarla es una malísima idea.

El supuesto efecto de la caca de vaca

Las calles se llenan de personas muertas por coronavirus en la India, con los hospitales cada vez más abarrotados y la población inmersa en un pánico absoluto.

Son los ingredientes perfectos para que cundan los bulos. Al fin y el cabo, el miedo es la gasolina que ayuda a extenderlos.

Esta vez ha sido el turno de la caca de vaca para fortalecer el sistema inmunitario. Es un recurso típico en la India, donde estos animales se consideran sagrados. Por este motivo, sus heces y su orina se conciben como sustancias casi milagrosas, capaces de prevenir y combatir infecciones como la causada por el SARS-CoV-2.

El problema de usar heces para tratar enfermedades

Ya en el antiguo Egipto, las heces de cocodrilo estaban muy valoradas en medicina, por contar supuestamente con un amplio abanico de propiedades curativas. Se usaban tanto para tratar enfermedades oculares, como para prevenir embarazos.

Estos supuestos tratamientos no deben confundirse con el trasplante fecal

Pero eran otros tiempos. Hoy en día deberíamos saber que el uso de excrementos para tratar enfermedades es peligroso. No debemos confundirlo con el trasplante fecal, en el que se usan las heces de personas sanas para fortalecer la microbiota de pacientes con enfermedades intestinales. En ese caso no se utilizan directamente las deposiciones, sino que se limpian, se filtran y se usa solo esa población microbiana beneficiosa. Además, no valen las de cualquier donante, pues debe tener un sistema digestivo saludable. 

Por eso, los expertos advierten que la caca de vaca no solo no cumple lo que promete, sino que también puede causar otras infecciones y enfermedades procedentes del ganado. Lo han advertido en la India, pero también en Estados Unidos, donde ya se ha incautado en un aeropuerto una maleta cargada de estiércol bovino procedente de la India.

Ante situaciones así, debemos recordar que la COVID-19 surgió precisamente de la mala manipulación de algún animal. No está claro si fue un pangolín, aunque se le apunta como principal culpable. Este tipo de acciones pueden hacer saltar microorganismos procedentes de unas especies a otras. Y eso, desde luego, es lo último que necesitamos ahora.

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