La Luna y Marte son lugares en los que podríamos vivir; con ayuda de la ciencia y la tecnología, pero podríamos. Sin embargo, el planeta Júpiter es uno de los gigantes gaseosos que tenemos en el sistema solar. ¿Esto significa que no podríamos ponernos en pie en Júpiter?

Hablemos de Júpiter, de cómo es su superficie. Y es que esta es un océano gigante de hidrógeno metálico líquido que, debido a la presión atmosférica, está muy comprimido. Este hidrógeno metálico, señalan desde IFLScience, se comporta como mercurio. Aunque la mayor diferencia entre ambos es su densidad, este hidrógeno tiene un 60% de la densidad del agua. Este dato es importante, así que tenemos que tenerlo en cuenta para entender un poco más sobre el interior de Júpiter.

El interior de Júpiter

Más allá de condiciones extremas como la gravedad, la presión atmosférica, las altas temperaturas y los vientos, de los que hablaremos más tarde; el principal problema es otro. Y es que probablemente habría que dejarse hundir decenas de miles de kilómetros antes de encontrar una zona rocosa para ponerse en pie. De hecho, si no encontramos ninguna antes, la zona rocosa que conocemos es la que separa la del hidrógeno metálico líquido del núcleo del planeta. Y es que parece que este gran océano de hidrógeno es el candidato a ser el "océano más grande de nuestro sistema solar".

Aunque, lo más probable, es que no fuésemos capaces ni de llegar a adentrarnos un poco en Júpiter, ya que su densidad es superior a la del agua. Si ya cuando nos metemos al agua comenzamos a sentir la presión que ejerce esta sobre nosotros y, por ejemplo, nos duelen los oídos, en este planeta gaseoso esa sensación sería mucho mayor. Casi como tener 130.000 automóviles sobre cada centímetro de tu cuerpo, según señala la NASA.

Interior de Júpiter, uno de los gigantes gaseosos del sistema solar
NASA

Así es el planeta

Una de las principales características de Júpiter son sus opacas nubes, es imposible mirar a través de ellas. Por eso, misiones como Galileo o Juno han tenido que acercarse hasta el planeta gaseoso para que podamos saber más cosas sobre él y sus 79 satélites, entre ellos destacan Europa y Ganímedes.

Júpiter, como el resto de planetas del sistema solar, también tiene movimientos de rotación y traslación. Sobre sí mismo, Júpiter tarda algo menos de 10 horas en dar una vuelta mientras que para rodear a nuestro Sol tarda unos 11 años y 314 días.

Además, la atmósfera del gigante gaseoso está compuesta en su gran mayoría por hidrógeno y helio. De hecho, según se desciende y hay más presión, se pasa del hidrógeno gaseoso al hidrógeno metálico líquido, por lo que el límite entre la atmósfera y la superficie líquida es poco claro. Por otra parte, también es importante señalar que Júpiter es un planeta muy cálido y llega a alcanzar los 630°C, aunque desciende según te adentras en él.

Júpiter tiene varias capas de nubes impidiendo nuestra visibilidad. Hay una primera capa de nubes de amoníaco con vientos a más de 100 kilómetros/hora, quizás nubes de agua y otros fenómenos atmosféricos que la misión Juno está tratando de aclarar poco a poco. De hecho, hace poco esta misión nos reveló los oscuros misterios de las auroras del alba. Ya que Galileo no pudo hacer mucho trabajo, puesto que cuando se adentró en el planeta la presión de 23 atmósferas y la temperatura de 153°C resultó una combinación mortal para nuestro satélite.

Planetas rocosos y gaseosos

En el sistema solar hay cuatro planetas gaseosos y cuatro rocosos, también tenemos planetas enanos como Plutón

En nuestro sistema solar tenemos varios planetas rocosos. A saber: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte. Después vienen los gaseosos Júpiter, Saturno, Neptuno y Urano que, a pesar de estar compuestos en su mayoría por fluidos, pueden tener un núcleo rocoso o metálico. También tenemos planetas enanos, parecidos a los rocosos, pero que no se puede catalogar de la misma manera. En este último grupo entran Plutón, Ceres o Eris.

Por tanto, ponerse en pie en Júpiter no solo sería muy difícil sino, además, muy doloroso. Por este motivo, aunque recogemos datos sobre los planetas gaseosos, no se habla tanto de ellos como opciones a visitar por las personas. Como sí sucede con Marte, que al ser un planeta rocoso es mucho más fácil explorarlo. De hecho, ahora mismo se encuentran ya allí varias misiones en busca de vida, como Perseverance y su helicóptero Ingenuity, pero también otras que estudian la atmósfera del planeta vecino. En definitiva, soñar con poner un pie en Júpiter es mucho más difícil que hacerlo con Marte.

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