Todo el mundo sabe que los camaleones cambian de color. Sin embargo, hay bastantes mitos en lo referente a la magnitud de esos cambios.

Dibujos animados como Pascal, la mascota de Rapunzel en Enredados, así como algunos vídeos supuestamente divulgativos, han contribuido a que pensemos que pueden tomar cualquier tonalidad de su entorno. Sería ideal ponerlos junto a un papel de pared de flores y ver el estampado en su piel. Sin embargo, no es tan sencillo.

Es cierto que buena parte de las modificaciones de su coloración sirven como camuflaje, pero no pueden adaptarse a cualquier tono. Además, no es la única razón por la que cambian de color. También pueden hacerlo para mostrar sumisión, ahuyentar depredadores o aparearse.

Son el Mortadelo de la naturaleza, pues se disfrazan según les convenga por sus circunstancias, pero cuentan con una variedad de disfraces menos amplia que la del personaje de Ibáñez.

El secreto del color de los camaleones está en los cristales de su piel

En el pasado se creía que para que los camaleones cambiaran de color debían dispersarse desde las células de la piel diferentes pigmentos, que se extenderían por estructuras similares a los vasos sanguíneos.

Los cristales se acercan o separan, cambiando el modo en que reflejan la luz

Sin embargo, hoy en día se sabe que no es exactamente así. Uno de los científicos que más ha investigado sobre ello es el genetista evolutivo Michel Milinkovitch. De hecho, fue su equipo el que publicó en 2015 un estudio en el que se mostraba el papel de los cristales fotónicos en los cambios de color del camaleón.

Como ya sabemos, los colores que vemos no son más que el resultado de la reflexión o la absorción de las diferentes longitudes de onda que componen la luz. Por ejemplo, si vemos una superficie negra será porque absorberá toda la luz. Si es blanca, la reflejará completamente. En cambio, si solo se refleja una parte y se refleja otra, debido a su composición, veremos los colores resultantes de la combinación de longitudes de onda que se reflejan. 

En el caso de los camaleones, los cristales nanométricos se acercan o separan en diferentes circunstancias, cuando el animal encoge o estira la piel, dando lugar a colores diferentes, según la forma en la que estos reflejan la luz solar. ¿Pero cuáles son esas circunstancias?

Escondite, sumisión y excitación

Estos científicos realizaron su investigación con ejemplares de camaleón pantera, aunque sus resultados parecen ser extrapolables a otras especies.

Cuando un animal se encuentra con un depredador, tiene dos opciones. A veces, aparentar sumisión, sobre todo si el enfrentamiento está perdido, puede ser buena idea para que sus posibles cazadores pierdan el interés. De hecho, se cree que es una de las causas evolutivas del llanto en los seres humanos.

En ese caso, los camaleones toman una coloración oscura, casi negra. Para ello, sí que liberan un pigmento en sus células, concretamente la melanina, responsable de que nos pongamos morenos.

Ante un depredador, los camaleones pueden mostrarse sumisos o amenazadores

Sin embargo, si toca hacer frente al depredador, lo mejor es mostrarse amenazador. Y para eso, como ya hemos visto en otros muchos casos, los colores vibrantes son la opción más útil. Esto, además, puede mostrar también predisposición al apareamiento. En ambos casos, los cristales se separan más, reflejando principalmente longitudes de onda amarillas, naranjas y rojas.

Finalmente, si el animal no se siente amenazado ni excitado, su mayor prioridad será vivir tranquilo sin que le molesten. Para eso, debe camuflarse con su entorno. Principalmente, estos animales suelen vivir en zonas arenosas o cubiertas de vegetación, por lo que toman colores verdosos o amarronados. En este caso, los cristales deben apiñarse, favoreciendo la reflexión de las longitudes de onda cuyo conjunto da estas tonalidades. 

En definitiva, no, en la naturaleza estos animales no son como el camaleón de Enredados, aunque eso no impide que su capacidad para cambiar de color sea apasionante. Ya nos gustaría a los humanos adaptarnos así a los cambios.