Hoy fue un día significativo para Blue Origin. La compañía aeroespacial liderada por Jeff Bezos —todavía CEO de Amazon— consiguió lanzar y aterrizar con éxito el New Shepard, la nave con el que pretenden llevar astronautas al espacio. Desde luego, se trató de una prueba destinada no solo a comprobar el funcionamiento de todos los sistemas involucrados en el despegue y aterrizaje, pues también pusieron a prueba los equipos de comunicación que usará la tripulación.

Es importante señalar que New Shepard es una nave reutilizable. Es decir, puede llevar astronautas al espacio y luego regresar a la Tierra para emprender otras misiones en el futuro. ¿Te suena familiar? Sí, esta es la visión de SpaceX, empresa que ha dominado los lanzamientos de cohetes reutilizables en los últimos años. No obstante, Blue Origin quiere convertirse en un competidor serio para los dirigidos por Elon Musk.

A diferencia de otras pruebas tanto de Blue Origin como de SpaceX, el test de New Shepard involucró la participación de humanos dentro de la nave. Eso sí, esto solo ocurrió durante un breve periodo antes del despegue. El objetivo de estas personas era asegurarse que el sistema de comunicación funcionaba correctamente. En el futuro, cuando se lleve a cabo una misión real, su lugar será ocupado por los astronautas. Afortunadamente para Blue Origin todo transcurrió conforme a lo planeado.

Pese a ser una prueba, los ingenieros que subieron a bordo del New Shepard realizaron el recorrido habitual de los astronautas para llegar a la plataforma de lanzamiento —por si había dudas de la seriedad del test—. Asimismo, la cuenta regresiva se detuvo temporalmente para permitirles bajar antes del despegue. Este último, por cierto, no tuvo ninguna complicación. El cohete de Blue Origin dejó la superficie y alcanzó una altitud de aproximadamente 104 kilómetros cuando separó su cápsula.

7 minutos después, el propulsor de New Shepard regresó a la superficie y aterrizó de manera perfecta. Y resaltamos "perfecta" porque dio la impresión de ser un proceso bastante sencillo, pero en realidad no lo es. Por su parte, la cápsula también regresó a salvo. ¿Qué sigue para Blue Origin después de la exitosa prueba? Resta hacer un test que simule la siguiente parte de la misión con una tripulación real. Esto implica que los astronautas regresen a la superficie a bordo de la cápsula y un equipo los recoja en el punto de aterrizaje. Así pues, todavía queda un largo camino para que consigan la certificación de vuelo tripulado.

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