No todos los días se encuentran exoplanetas como Gliese 486b, que ha sido apodada como super-Tierra caliente. La tecnología ha avanzado tanto en los últimos 25 años que cada vez somos capaces de encontrar planetas algo más pequeños, pero todavía demasiado grandes si los comparamos con la Tierra. Gliese 486b sigue siendo algo más grande que nuestro planeta, pero es especial por muchos motivos. El principal es que con su ayuda y la de nuevas herramientas, como lo será en breve el Telescopio James Webb -que tiene previsto su lanzamiento a finales de octubre de este año-, podremos llegar a encontrar biomarcadores o signos de vida. Pero antes hay que dar un paso importante, para el que este exoplaneta es la clave.
A lo largo del último cuarto de siglo, hemos sido capaces de empezar a encontrar cada vez más exoplanetas. Desde el primero en 1995, descubierto por los premios Nobel de Física Michel Mayor y Didier Queloz; hasta el 2015, cuando la tecnología ha mejorado tanto que hemos empezado a estudiar las atmósferas de los planetas transitantes que son del tamaño de Urano y Neptuno. Pasando por 2005, cuando se empezaron a observar super-Tierras.
Gliese 486b "es la piedra Rosetta de la exoplanetología", ha afirmado a Hipertextual José Antonio Caballero, astrofísico del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA). Caballero es uno de los investigadores principales de este exoplaneta, aunque la investigación ha sido liderada por el Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA) alemán. Este jueves se publican sus resultados en la revista científica Science.
Así es el exoplaneta Gliese 486b
¿Cómo es el exoplaneta Gliese 486b para ser tan importante? Este planeta tiene 2,8 veces la masa de la Tierra y es solo un 30% más grande, según explica el CAB en un comunicado de prensa. La densidad del exoplaneta parece indicar que tiene una composición interior más parecida a la de la Tierra o Venus (50% núcleo metálico y 50% manto de silicatos) frente a la de otros planetas rocosos como Mercurio (60% núcleo y 40% manto). "Un astronauta en la superficie de Gliese 486b sentiría una gravedad un 70% mayor que la que experimentaría en la Tierra", señala la institución.
Este exoplaneta gira a su estrella en una trayectoria circular cada 1,5 días y a una distancia de 2,5 millones de kilómetros. No obstante, a pesar de la cercanía con la estrella, los investigadores creen que todavía conserva su atmósfera original.
Además, está tan cerca de su estrella que calculan que su superficie alcanza los 430 °C, según indica el CAB en un comunicado de prensa. Por tanto, de primeras no parece que sirva mucho para buscar vida. Porque eso es lo que queremos encontrar, ¿no? Pues todavía no, ya que tenemos que refinar los instrumentos que tenemos actualmente y justamente para eso nos servirá este exoplaneta.
Nuevas herramientas
Todo lo que sabemos del exoplaneta Gliese 486b es gracias a los instrumentos CÁRMENES y MAROON-X. Pero ahora los investigadores quieren caracterizar su atmósfera y no será fácil; pero conseguirlo es esencial para dar un paso más en este área.
Gracias a que los investigadores creen que conserva su atmósfera original, usarán telescopios de nueva generación como el James Webb para tratar de saber qué hay en ella. "No sabemos si tiene atmósfera, creemos que sí, pero no lo sabemos todavía. Y esto es lo primero que tenemos que ver. Sabremos si tiene algo básico como monóxido de carbono o dióxido de carbono con las observaciones del James Webb", ha explicado desde el otro lado de la línea telefónica Caballero. Y "después tendríamos que observar más tránsitos para refinar la señal y el ruido y ver si hay otros compuestos más en la atmósfera".
Parece fácil, pero los investigadores tendrán que esperar unos años antes de conseguir las observaciones de este telescopio. "Hemos pedido tiempo de observación con el telescopio James Webb, pero ya tendrá que ser para 2023", ha señalado el investigador. Y es que primero tienen que lanzar este telescopio espacial y los primeros meses serán para ver que todo funciona correctamente. Tras esto, ya hay un año de asignaciones para otras investigaciones. "Lo acabamos de pedir, todavía no sabemos cuándo nos toca"; pero como pronto será para 2023.
Caracterización de Gliese 486b
Estos investigadores descubrieron el exoplaneta Gliese 486b gracias al espectógrafo de CARMENES situado en Calar Alto. Con este telescopio pudieron dar con la velocidad radial, "con el que solo sabemos la masa mínima del planeta". "Si queremos seguir mejorando la determinación de la masa del planeta lo que tenemos que hacer -que estamos en ello- es seguir observando con MAROON-X". Este segundo instrumento es similar al primero, pero se ha incorporado a un telescopio aún más grande; de ahí que estas observaciones mejoren a las primeras.
"Por otro lado, queremos mejorar la determinación del radio y eso es observar los tránsitos". El método de los tránsitos sirve, además, para descubrir planetas. Cuando uno de ellos pasa por delante de su estrella, la cantidad de luz que llega a la Tierra cae, como hemos explicado en Hipertextual en otras ocasiones. Pero también sirve para determinar el radio del planeta. Por este motivo, Caballero pidió a CHEOPS, la misión de la ESA, que observaran unas 20 órbitas de Gliese 486b. De esta manera sería mucho más preciso. "En vez de darme 20 órbitas me han dado 46. Con esto ya tendríamos la masa y el radio con cierta precisión y podríamos empezar a trabajar y mejorar los modelos de interior del planeta", ha indicado.
Ahora solo falta poder usar el James Webb para dar con más información sobre este planeta; la atmósfera interesa especialmente debido a que en el futuro se podrán detectar biomarcadores. Pero antes, hay que practicar con otras atmósferas y la de Gliese 486b es perfecta para ello. "En el 2040 quizás seremos capaces de buscar biomarcadores -signos de vida- en las atmósferas de planetas como la Tierra; pero antes hay que dar el paso intermedio entre estudiar las atmósferas de los Neptunos y de las Tierras habitables. ¿Cuál es ese paso? Una Tierra caliente como la que hemos descubierto nosotros ahora", ha explicado el investigador español.
"Hay cuatro o cinco más parecidos a nuestro exoplaneta. Pero el exoplaneta Gliese 486b es el que está más cerca de su estrella, el que tiene la estrella más brillante; el que tiene los mejores datos, el que tiene la temperatura adecuada; el que tiene la estrella menos activa... A lo mejor el año que viene se descubre otro mejor, pero a día de hoy es el mejor planeta para estudiar la composición de las atmósferas; la parte externa, y también el interior de los planetas. No es habitable, no vamos a buscar vida ahí porque no la habrá, pero es el paso anterior; por eso es tan importante".
No es solo buscar exoplanetas, es investigación básica
El coronavirus nos ha enseñado que la investigación básica es esencial. Cualquiera puede pensar que buscar exoplanetas o signos de vida fuera de la Tierra no tiene nada que ver con estudiar virus o patógenos que puedan derrumbar nuestro sistema sanitario. Pero hacer estas investigaciones son importantes para la sociedad, aunque pensemos que no es así.
"Los estados no nos financian para que descubramos exoplanetas sino para que descubramos cosas que se pueden aplicar en la ciencia", ha comentado Caballero. "Ejemplo de esto son los rayos X o las resonancias nucleares; pero es que incluso el wifi o los CCD de los móviles los astrofísicos llevamos usándolos desde los años 70". "Lo que hemos estado usando nosotros durante años y cuando la tecnología ha estado madura, se ha llevado a la sociedad", añade.
"No hacer investigación básica es matar a una sociedad y que la gente de la calle no se dé cuenta de eso... No es encontrar un exoplaneta, es lo que acompaña a ese descubrimiento. Si no fuera por los físicos, por ejemplo, no tendríamos procesadores para los móviles. Sin investigación básica ni vacunas contra el COVID-19 tendríamos", ha señalado.
Puede parecernos que la investigación en ciencia es un gasto; pero una pandemia como la que estamos viviendo solo reafirma su importancia. Y si queremos seguir siendo una sociedad que avance necesitaremos nuevas tecnologías que solo serán posibles con inversión en ciencia.