El jueves 11 de marzo, la Estación Espacial Internacional tiró la mayor carga de basura de su historia. Según la información de Spaceflight Now, la NASA se deshizo de 2,9 toneladas de baterías que en algún momento se usaron para proveer energía a dicha estación. Si bien la descomunal cantidad podría causar preocupación, la NASA señaló que los residuos se quemarán en la atmósfera. No sin antes pasar algunos años orbitando la Tierra.

La agencia espacial estadounidense estima que la carga se mantendrá de dos a cuatro años en la órbita antes de entrar a la atmósfera y quemarse: "El jueves por la mañana, el control de la misión en Houston ordenó al brazo robótico Canadarm2 que liberara un pallet externo con un cargamento de baterías viejas de níquel e hidrógeno en la órbita terrestre. Se está alejando con seguridad de la estación y orbitará la Tierra entre dos y cuatro años antes de quemarse en la atmósfera sin causar daños."

La NASA explica que, gracias a las cuatro misiones HTV que lideró Japón entre 2017 y 2020, la Estación Espacial Internacional recibió 24 baterías de última generación de iones de litio. Durante ese periodo los astronautas realizaron diversas caminatas para reemplazar las 48 baterías antiguas de níquel e hidrógeno, de las cuales una parte ahora son basura espacial.

El Soyuz alteró los planes de la Estación Espacial Internacional

Habitualmente las baterías que eran sustituidas se cargaban en los HTV (vehículo de transporte), el cual regresaba a la atmósfera para quemarse junto a su carga interior. Algunos residuos, sin embargo, ingresaban al planeta y desaparecían en las profundidades de los océanos. El problema es que la rutina se vio interrumpida debido al lanzamiento fallido del Soyuz en 2018.

Lo anterior ocasionó que, a finales de ese mismo año, un HTV abandonara la ISS sin su pallet de basura correspondiente. Y es que Nick Hague, el astronauta responsable de brindar asistencia para reemplazar baterías, estaba a bordo del Soyuz y no pudo llegar a la estación. Él y su acompañante, Alexey Ovchinin, aterrizaron de manera segura. Eso sí, el fracaso en la misión originó un cambio en el calendario para deshacerse de las baterías viejas.

En 2019 llegó otro HTV, pero este tuvo que cargar con el pallet de desechos que se quedaron por el percance de la misión anterior. Así pues, ante la conclusión de las misiones para reemplazar baterías —por ahora—, y que ningún HTV puedo llevarse el último cargamento de basura, la NASA tomó la decisión de soltarlo. Claro, al no poder regresar en un vehículo de transporte, fue necesario que el pallet de 2,9 toneladas se quedara orbitando nuestro planeta a una altitud de 427 kilómetros.