Wallbox, la compañía española de cargadores para coches eléctricos, lleva unos meses cosechando un éxito tras otro. 2020, y el consecuente 2021, fue un buen año para la compañía afincada en Barcelona.

Ahora, y como comienzo del nuevo año, la empresa anuncia una nueva ronda de financiación por 33 millones de euros. Unos fondos que vendrían a completar la operación cerrada en mayo de 2020, junto en mitad del confinamiento, por 12 millones de euros. Repitiendo en la ronda están Iberdrola y Seaya Ventures; más los ya tradicionales Iberdrola y Desafía. Entre las nuevas incorporaciones, Cathay Innovation –el fondo que ya participase en Drivy, Coverfy o Glovo– y WIND Ventures. Ambos fondos, pese a su histórico en financiación de empresas tecnológicas, entran de lleno en el sector de la carga eléctrica para vehículos.

El objetivo de la nueva ronda de financiación es el de impulsar el crecimiento de la empresa, tanto en España como en otros mercados, principalmente en Europa. Con la idea de contratar a 400 empleados más, Wallbox busca focalizar en la división de instalación e investigación de dispositivos de carga eléctrica, según explican en un comunicado. Este crecimiento explosivo responde, de hecho, al objetivo de la empresa de rentabilizar el éxito que han cosechado durante los últimos meses; de lograr su posición de líder en Europa depende, en gran parte, su futuro para los próximos años.

“El mercado ha acogido bien nuestra premiada tecnología y nuestro distintivo diseño industrial, por lo que esta financiación nos permitirá ampliar la distribución de nuestros productos, tanto a nivel mundial como a nuevas categorías", apunta Enric Asunción en un comunicado.

Supernova, la promesa de Wallbox

Con la ronda cerrada en mayo de 2020, Wallbox cerró una segunda mitad del año por todo lo alto.

En septiembre del mismo año anunciaban la compra de la mayoría accionarial de Electromaps. La compañía española se hacía con la recopilación de puntos de carga más grande del país. Era un precedente a lo que estaba por venir: una propuesta de empresa que pasaría de ofertar cargadores para empresas privadas –su principal vía de negocio hasta el momento de la mano de Iberdrola–, a controlar todas las verticales y esferas referentes al vehículo eléctrico. Desde la organización del viaje, hasta la propia carga.

Pero la mayor apuesta de 2020 fue la de Supernova, el primer cargador público de Wallbox que prometía cargas para 100km de autonomía en 15 minutos, por solo 9 euros –una de las más bajas del mercado actual–, para 65kW de potencia. ¿Su apuesta diferenciadora? Un sistema de carga para dos vehículos de forma simultánea que ayuda a la eficiencia de costes para las ciudades y para la compañía.

Con una inversión total de 150 millones de euros, Wallbox presentaba en octubre su primer modelo público del que se empezaría a ver las primeras unidades a mediados de 2021. Con una producción íntegramente en España, la parte de la financiación para la producción –pese a la reciente inversión– ya se pronosticaba alta.

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