La relación entre Elon Musk y el Bitcoin siempre ha sido tan simbiótica como extraña, casi como un meme. No obstante, el asunto ha empezado tomar un cariz importante. Tanto que ha pasado de ser el simple tema de conversación de Elon en Twitter a una inversión a futuro por parte de Tesla.

En esta dirección, Tesla ha anunciado una inversión multimillonaria en Bitcoin como activo a largo plazo. Además ha confirmado que empezará a aceptar esta criptomoneda como método de pago.

Inversión en Bitcoin y aceptado como método de pago por Tesla

La idea tras la inversión de Tesla en Bitcoin tiene que ver con su estrategia de diversificación de sus activos, con la intención de obtener retornos de capital a largo plazo. En su documento a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC), cifra la inversión en 1.500 millones de dólares en activos sobre el Bitcoin. Pero hay más cosas interesantes.

La compañía empezará a aceptar pagos en Bitcoin de cara a que pasen a engrosar también su cartera de activos. Apuntan que pueden ser o no liquidados una vez recibidos. Lo que genera un riesgo añadido para sus cuentas.

Todo apunta a que parte de los ingresos derivados de la ventas, cuando se utilice el Bitcoin como método de pago, podrán permanecer como activos dentro de las cuentas de Tesla, y no ser convertidos en efectivo corriente.

Esto permitiría a la compañía hacer crecer su cartera de Bitcoin sin necesidad de invertir directamente en la moneda más allá de estos 1.500 millones iniciales, pero supondría la asunción de mucho más riesgos que con otros activos, dada su volatilidad.

La compañía no es ajena a la problemática que supone dicha inversión o la de mantener sus entradas de Bitcoin como parte de sus ventas. Aclaran como advertencia que si sus valores disminuyen en relación con nuestros precios de compra, nuestra situación financiera puede verse perjudicada.

Las cuentas de Tesla se exponen a los riesgos relativos al Bitcoin

criptomonedas

Sea como sea, la inversión de Tesla en Bitcoin supone un antes y un después dentro de la inversión corporativa y la estrategia de diversificación de su propia industria. Además de los riesgos propios de su volatilidad, representan un desafío contable para la propia Tesla.

Con su entrada en este mercado y el mantenimiento de una cartera de Bitcoin en libros, se abre la puerta a que sea más complicado tener una idea sobre el valor de la compañía fuera de su operativa. A partir de ahora, deberán empezar a ajustar cargos por deterioro con las fluctuaciones del valor del Bitcoin, mucho más volátil que el resto de vehículos de inversión que hasta ahora mantenía la compañía.

Todo ello, unido a las entradas de efectivos en forma de Bitcoin gracias a su anuncio como forma de pagar por productos de la compañía, muy volátil al riesgo por tipo de cambio, abre un campo desconocido dentro de las grandes cotizadas del sector. Pero sin duda, uno que será muy interesante examinar de cerca.

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