El MWC 2021 sigue adelante. La edición más atípica hasta la fecha del congreso de telefonía móvil más importante del mundo se reafirma para acontecer en Barcelona el próximo mes de junio, pero con limitaciones. Test de coronavirus para los asistentes y diferentes tecnologías buscan hacer no solo del recinto de la feria, sino de toda la ciudad, un entorno seguro.

Así lo ha asegurado John Hoffman, CEO de la GSMA –organizadora del evento–, al medio Mobile World Live. La empresa se encuentra ultimando los detalles del evento que dará comienzo en Shanghái la próxima semana; un acontecimiento similar celebrado en la megaurbe China.

Una nueva oportunidad para el 'Mobile' en Barcelona

La cancelación del MWC 2020 fue el primer aviso de la magnitud que el coronavirus alcanzaría posteriormente en España. La retirada de numerosos expositores y el recelo por parte de empresas y asistentes obligaba entonces a la organización a bajar la persiana.

Ahora, con un escenario muy distinto pero sin la vuelta a la normalidad como se conocía antes de la pandemia aún en el horizonte, Hoffman se reafirmaba en que la decisión de la GSMA sigue adelante. Esto es: un 'Mobile' en el mes de junio, en lugar de febrero, y con cambios.

MWC 2019
Imagen: David Ortiz.

Para lograr que esta edición no resulte en un nuevo fiasco, el Mobile World Congress trabajará en un "entorno sin contacto" en la feria; desde el acceso hasta la asistencia a eventos.

La organización también pedirá a los asistentes que acrediten haberse realizado un test de coronavirus –con resultado negativo– en las 72 horas previas al evento. Estos últimos estarán disponibles para su realización en la propia feria, en caso de no poder efectuarlos con anterioridad.

Así y todo, el Mobile World Congress acogerá este año una edición que se verá muy recortada por las circunstancias. De los más de 100.000 asistentes que se esperaban en 2020, el MWC 2021 espera congregar a entre 40.000 y 50.000 personas de la industria.

Una cita, en cualquier caso, que algunos siguen apuntando como arriesgada en un evento que es eminentemente internacional, en vista a las numerosas restricciones de viaje existentes y una normativa que cambia entre países. La de Shanghái será la primera prueba de fuego antes de la cita en suelo español para la que restan ya tan solo cuatro meses.

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