El pasado mes de marzo, los vecinos de un suburbio de Knoxville, en Estados Unidos, se sorprendieron al ver a un ciervo caminando aparentemente desorientado entre sus casas. Inmediatamente llamaron a las autoridades locales de vida silvestre, que no tardaron en hacer una valoración del caso. El animal estaba sangrando por algún accidente y parecía nervioso y demacrado, por lo que podría tener la enfermedad de desgaste crónico (CWD). Esta es una patología muy contagiosa, causada por priones, que afecta a cérvidos, como el reno, el caribú y, por supuesto, el ciervo. Para evitar que la enfermedad se extendiera, se tomó la decisión de sacrificar al animal y enviar su cabeza al Estudio Cooperativo de Enfermedades de la Vida Silvestre del Sureste (SCWDS) de la Universidad de Georgia, donde se percataron de algo muy poco corriente: el ciervo tenía pelo en los ojos.
Además de eso, la necropsia reveló que no tenía CWD, sino enfermedad hemorrágica epizoótica, un trastorno muy común en ciervos, que puede causar desorientación y fiebre. Mucho menos habitual fue la sorpresa que se llevaron con sus ojos; aunque, en realidad, no era el primer caso similar en un ciervo.
¿A qué se debe el pelo en los ojos?
Según explican desde la Asociación Nacional de Ciervos de Estados Unidos, el pelo en los ojos se debía a un dermoide corneal.
Los dermoides son quistes que se forman cuando un tipo de tejido celular aparece en un lugar que no le corresponde. Los corneales; que, como su propio nombre indica, se originan en las córneas, son de los más comunes. No solo en ciervos, también en humanos.
En el caso de este ciervo, observaron que contenía discos de piel. Cuando esto ocurre, se conservan estructuras habituales de este tipo de tejido, como los folículos pilosos o las glándulas sudoríparas. Al tratarse de un animal cuya piel se encuentra cubierta de pelo, eso mismo ocurrió en sus córneas. Por lo demás, los ojos eran totalmente normales.
Los científicos han planteado que todo debió ocurrir durante el desarrollo embrionario, por lo que el animal ya nació así. No obstante, lo más probable es que el tejido cutáneo no apareciera de golpe, sino gradualmente, por lo que el ciervo pudo acostumbrar a ello su visión.
Sin duda es un caso peculiar, pero no es el único ciervo con pelo en los ojos que se ha registrado. De hecho, al igual que este, el anterior se encontró en Estados Unidos. Fue en 2007 y, desgraciadamente, también acabó muerto, pero no sacrificado por una enfermedad, sino abatido por un cazador en Louisiana.