Hace unas semanas veíamos la nieve caer en Madrid y gran parte de la península debido a Filomena. Pero ver el rojo del Sáhara de color blanco es una imagen aún más impresionante. Sobre todo si sabes que se trata de nieve en el desierto del Sáhara y que, además, esto solo ha ocurrido cuatro veces en los últimos 40 años cerca de la ciudad de Ain Sefra.
No es que no haya nieve en África. De hecho, al Kilimanjaro, en Tanzania, le corona una blanca capa de nieve. Además, en las Montañas de Atlas, en Marrakech, se encuentra Oukaimaden, la estación de esquí más alta de África. Está a unos 3.200 metros de altura.
— Karim Bouchetata (@KBouchetata) January 15, 2021
Sin embargo, ver el Sáhara cubierto por una capa de hielo o nieve es mucho más extraño. Estas imágenes de las dunas del Sáhara con nieve fueron captadas por el fotógrafo local Karim Bouchetata a las afueras de la ciudad de Ain Sefra, en el noroeste de Argelia.
ليست سيبيريا
— Karim Bouchetata (@KBouchetata) January 17, 2021
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Esta zona se encuentra a unos 1.000 metros sobre el nivel del mar. La última vez que nevó en la zona fue en 2018, cuando cayeron 40,6 centímetros de nieve, según recoge IFLScience. Antes también nevó en 2017, dejando un metro de nieve, y en 1979.
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— Karim Bouchetata (@KBouchetata) January 17, 2021
El desierto del Sáhara es conocido por sus altas temperaturas, pero por las noches estas pueden descender mucho. De hecho, la pasada semana, cuando se dieron estas imágenes, los termómetros descendieron por debajo de los 0 grados centígrados, llegando a situarse incluso en -3 grados, según apuntan desde Sky News. Gracias a este frío, hemos podido tener estas imágenes.
— Karim Bouchetata (@KBouchetata) January 20, 2021
Ante la nieve en el Sáhara, Bouchetata no ha dudado en ningún momento de coger su cámara e ir a ver cómo ha caído sobre las dunas del desierto. Por desgracia, el calor que suele hacer en el Sáhara hace que estas imágenes no sean más duraderas, pero sí dejan increíbles patrones en las dunas mientras se derrite. No obstante, podemos disfrutar de este extraño fenómeno gracias a fotógrafos como Bouchetata.