Si había alguna duda respecto a las compañías de patinetes eléctricos y su viabilidad, Lime las ha despejado todas. Al menos en lo que a supervivencia se refiere. Tras los patinetes, ahora llegan las motos de Lime en un intento de ocupar todo el espectro de la movilidad compartida en las ciudades. Una estrategia que a su competencia no le ha salido del todo bien, pero que quieren intentar.

De momento, las motos de Lime forman parte de un proyecto piloto que comenzará en las próximas semanas en Washington DC y París. 600 motos eléctricas en la ciudad norteamericana y un número indeterminado en la capital francesa, según ha podido adelantar The Verge. De funcionar, el proyecto podría escalar al resto de localizaciones que la compañía tiene distribuidas por Europa y Estados Unidos.

Sin un precio establecido, Lime asegura que estará en línea con el resto de la competencia. Con la que compartirá algo más que precios; NIU, la marca de motos china elegida por Lime también es proveedora de Revel. Una firma que les haría competencia en Nueva York. De hecho, la marca china también es la proveedora de Movo –la empresa de motos de Cabify en Madrid–.

En cualquier caso, la fase de de prueba piloto aún tiene que demostrar una de las tesis de Lime: que algunos usuarios prefieren vehículos más rápidos y consistentes para moverse por la ciudad. Las motos de Lime pretenden responder a esta pregunta. La parte de los seguros aún está en el aire. Como parte de su prueba piloto, Lime obligará a todos los usuarios que se den de alta en el servicio a seguir un curso de seguridad antes de darles de alta. Igualmente, solo se aceptarán licencias de coche, y no de moto, para poder acceder.

Este posicionamiento no quiere decir, por descontado, que la compañía de patinetes con más recorrido del sector abandone su negocio esencial. De hecho, Lime ha tenido un 2020 muy activo en lo que a patinetes se refiere. Especialmente después de cerrar el acuerdo de control de absorción de Jump, los patinetes de Uber, a escala global.

Las motos de Lime serían, en este caso, un servicio de movilidad compartida complementario al de los patinetes. Uno que se sumaría, además, al de las bicis eléctricas tras el acuerdo de Lime con Wheels en octubre. Esta última fue, de hecho, la empresa que se hizo con el negocio de la madrileña Mygo en enero de 2020 para anunciar su retirada del país a mediados de año.

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