Los lobos huargo que encuentran los Stark al principio de la primera temporada (y en el primer libro) de la serie de Juego de Tronos nunca han existido. Además, las huargos no son criaturas exclusivas del mundo de fantasía de George R. R. Martin sino que, además, también aparecen en El señor de los anillos de J. R. R. Tolkien. Aunque ninguno de estos animales ha existido, sí sabemos que hace mucho mucho tiempo hubo un animal similar en el que se basan: los lobos gigantes o terribles (Canis dirus). Pero, ¿cómo era? ¿Se parecían a los lobos grises que hoy en día conocemos? Un análisis del ADN de los lobos gigantes nos cuenta más sobre estas criaturas casi salidas de la fantasía.

Tras la secuenciación del ADN del lobo gigante, ahora publicado por Nature, sabemos que por mucho que se parecieran a los lobos grises (Canis lupus), estaban muy alejados en la evolución. De hecho, lobos grises y gigantes "eran primos muy lejanos", apuntan los investigadores en un comunicado de prensa. Estaban tan alejados genéticamente que ni siquiera pudieron reproducirse entre ellos. Ni con estos cánidos ni con otros como pueden ser los coyotes o los perros.

La investigación fue dirigida por la Universidad de Durham en el Reino Unido junto con científicos de la Universidad de Oxford, la Universidad Ludwig Maximilian en Alemania, la Universidad de Adelaide en Australia y la Universidad de California de Los Ángeles, en los Estados Unidos.

Lobos gigantes en Juego de Tronos... y en Norteamérica

Los lobos gigantes vivieron en América del Norte. De hecho, la secuenciación de ADN se ha realiado de cinco fósiles incompletos de lobos gigantes encontrados en Wyoming, Idaho, Ohio y Tennessee, que datan de hace más de 50.000 años. El análisis genético sugiere que evolucionaron únicamente en Norteamérica durante millones de años; a diferencia de otros cánidos que "migraron repetidamente entre América del Norte y Eurasia a lo largo del tiempo".

"Los lobos gigantes siempre han sido una representación icónica de la última edad de hielo en las Américas y ahora un icono de la cultura pop gracias a Juego de Tronos, pero lo que sabemos sobre su evolución la historia se ha limitado a lo que podemos ver por el tamaño y la forma de sus huesos y dientes", explica la doctora Angela Perri, autora principal del estudio y profesora del Departamento de Arqueología de la Universidad de Durham.

"Con este primer análisis de ADN antiguo de los lobos terribles, hemos revelado que la historia de estos lobos que creíamos conocer, en particular la relación cercana con los lobos grises, es en realidad mucho más complicada de lo que pensábamos anteriormente. En lugar de estar estrechamente relacionados con otros cánidos de América del Norte, como los lobos grises y los coyotes, encontramos que los lobos gigantes representan una rama que se separó de otras hace millones de años, lo que supone el último de un linaje ahora extinto".

De lobos grises reforzados a primos 'muy lejanos'

Por su parte, la doctora Alice Mouton, de la Universidad de California en Los Ángeles, y coautora del estudio señala que además han demostrado que no se pudieron cruzar entre sí; a diferencia de lo que pasa con "lobos grises, los lobos africanos, los perros, los coyotes y los chacales" que sí pueden (y así lo hacen) reproducirse entre ellos. "Los lobos terribles probablemente se separaron de los lobos grises hace más de cinco millones de años, lo cual fue una gran sorpresa que esta divergencia ocurriera tan temprano. Este hallazgo destaca cómo de especial y único era el lobo gigante", cuenta en el comunicado.

"Cuando comenzamos este estudio, pensamos que los lobos gigantes eran simplemente lobos grises reforzados, por lo que nos sorprendió saber cómo de extremadamente diferentes genéticamente eran; por lo que probablemente no podrían haberse cruzado", explica el doctor Laurent Frantz, de la Universidad Ludwig Maximilian de Munich y autor principal del estudio. "Se cree que la hibridación entre las especies de Canis es muy común, esto debe significar que los lobos terribles estuvieron aislados en América del Norte durante mucho tiempo para volverse tan genéticamente distintos"

Aunque los lobos gigantes ya no existen, tenemos la imagen que nos deja Juego de Tronos para hacernos una idea de cómo eran. Pero, además, ahora sabemos que estaban mucho más alejados de los lobos grises de lo que pensábamos.

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