Pensábamos que 2021 iba a ser más apacible que 2020 y lo cierto es que, al menos por ahora, la cosa no pinta mucho mejor. Una tercera ola de coronavirus más que vaticinada, una nueva variante que está ayudando a que se extienda como la pólvora y un asalto al Capitolio de Estados Unidos siembran los primeros capítulos de un año del que apenas hemos recorrido una semana. Y todo esto aderezado con temperaturas extremadamente bajas. Vale, eso es normal, pues en el hemisferio norte estamos en invierno. Pero en España ayer se alcanzó en el Pirineo la temperatura más baja de la península desde que existen registros. Esto es un problema para quienes trabajan en la calle. En casas y oficinas la mayoría de personas tenemos estufa o calefacción. Aun así, a veces no nos libramos de experimentar un intenso frío en la mano del ratón.

Este fenómeno llama realmente la atención, por el hecho de que solo parece enfriarse esa. Da igual si somos zurdos o diestros, la mano que sentiremos helada será aquella con la que sujetemos este dispositivo. ¿A qué puede deberse?

En busca de la conformación perfecta

En 2015, un equipo de científicos de la Universidad de Riga llevó a cabo un estudio destinado a encontrar el motivo de este fenómeno.

En él participaron cuatro personas, dos hombres y dos mujeres, que tuvieron que trabajar durante tres horas como normalmente lo harían con ordenador y ratón, pero cambiando algunos parámetros. Concretamente, se estudiaron tres posibilidades, en días diferentes. Durante el primero utilizaron un ratón horizontal, sin alfombrilla. El segundo añadieron una alfombrilla con soporte de muñeca acolchado. Finalmente, el tercer día usaron un ratón vertical, de nuevo sin alfombrilla.

Las medidas de la temperatura de la muñeca se realizaron a través de infrarrojos, al principio del experimento y cada quince minutos. Así, observaron que el frío en la mano del ratón era mayor cuanto más tiempo pasaba. Algo lógico. Pero, además, vieron que la temperatura se mantenía más estable con un ratón vertical, mientras que con el horizontal caía mucho más, especialmente si no se usaba alfombrilla.

Curiosamente, la mano que no estaba usando el ratón también experimentaba una disminución de su temperatura, pero no eran tan notable.

Los motivos del frío en la mano del ratón

Una vez localizada la conformación que más potenciaba el frío en la mano del ratón, quedaba conocer los motivos.

Lo primero que llamó la atención de los investigadores fue que al principio la temperatura parecía ser más baja en las mujeres. No están claras las razones, aunque creen que pueden estar vinculadas a diferencias hormonales o en el volumen de circulación sanguínea. No obstante, al ser tan pocos los participantes del estudio no se puede asegurar una correlación clara.

En un ambiente no controlado podría haber influencia de los ritmos circadianos o del consumo de ciertos alimentos y bebidas. Por eso, además de controlar la temperatura ambiental, los investigadores hicieron el experimento siempre a la misma hora y pidieron a los voluntarios que no comieran ni tomaran bebidas estimulantes en las dos horas previas.

Así, la única causa que parecía quedar estaba relacionada con la postura de la mano. Es cierto que está en constante movimiento, pero es un movimiento rígido, que mantiene los músculos y los tendones tensos. Esto, según explican en el estudio, potenciaría una compresión adicional de los vasos sanguíneos, que alteraría la circulación sanguínea, dando lugar a la disminución de la temperatura en esa zona del cuerpo. Los dispositivos horizontales potencian esta rigidez, de ahí que el frío en la mano del ratón fuera más intenso con ellos.

En definitiva, no es algo grave, pero sí puede llegar a ser muy molesto. La solución puede ser elegir un ratón adecuado y parar cada cierto tiempo para cambiar la postura, mover la mano y favorecer la circulación sanguínea. No nos libraremos completamente de esa bajada de la temperatura, pero al menos no será tan desagradable.