El pasado 17 de enero, una cría de rorcual común (Balaenoptera physalus) se dejó ver nadando angustiada cerca del Puerto de Sorrento, en Nápoles. Según describieron alguno de los presentes, se golpeaba la cabeza desesperadamente contra las paredes del puerto y volvía a sumergirse aparentemente muy ansiosa. No es habitual encontrar a una cría sola, tan cerca de la costa, por lo que los buzos de la guardia costera decidieron salir a investigar. Sospechaban que algo no iba bien. Y así era, pues no tardaron en encontrar una ballena varada, de enormes dimensiones.
Al igual que la cría, era un rorcual, también conocido como ballena de aleta. Posiblemente se trataba de su madre, de ahí que estuviese tan nerviosa. Fue una escena única, ya que se trata de una de las ballenas más grandes que se han encontrado varadas en el Mediterráneo. No obstante, también es muy triste, especialmente porque la especie se encuentra catalogada como vulnerable en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Una ballena varada gigante
La ballena varada hallada en la costa italiana medía 20 metros y pesaba unas 77 toneladas. Es un poco más pequeña de lo habitual, pues pueden llegar a medir 25 metros y pesar 80 toneladas.
Sea como sea, es uno de los ejemplares más grandes que se han encontrado jamás en el Mediterráneo. Sobre el motivo de la muerte, aún no se sabe nada con seguridad, aunque hay teorías basadas en las causas que suelen llevar al fallecimiento de estos animales.
En la actualidad, el rorcual común está catalogado como vulnerable, con población creciente. Esto se debe a la prohibición de la caza comercial de ballenas en buena parte del mundo. No obstante, hace unos años, cuando era algo lícito, llegaron a estar en serio peligro de extinción.
A día de hoy, por lo tanto, la principal causa de su muerte es otra, aunque también está relacionada en cierto modo con el ser humano. Concretamente, muchas mueres después de golpearse accidentalmente con los barcos. Otras quedan atrapadas en las redes de pesca y algunas nunca llegan a cruzarse con las embarcaciones pesqueras, pero se ven afectadas indirectamente por la falta de peces de los que alimentarse. No sabemos cuál fue la causa que condujo a la defunción de la ballena varada en Italia. Habrá que esperar a la autopsia. Mientras tanto, la Guardia Costera ha centrado su atención en asegurar que la cría puede volver sin problemas al océano a pesar de su triste pérdida.