Hoy en día, la animación ofrece una amplia gama de series y películas de altísima calidad. La evolución de la tecnología para confeccionar títulos de animación siempre ha tenido el acelerador a fondo. En la historia de este género es imposible no hablar de Disney, un estudio que marcó un antes y un después en la animación. Sin embargo, en la historia que aquí nos ocupa debemos recordar a otra compañía sorprendente, Fleischer Studios, así como un invento que cambió el rumbo de la animación para siempre: la rotoscopia.
En 1917 un hombre polaco-estadounidense de origen judío patentó un invento muy curioso llamado rotoscopia. Dicho aparato permitía a los animadores "calcar" el movimiento de una grabación previamente realizada con modelos reales. Esto permitió dar un salto enorme en la calidez y rapidez de animación. Ese hombre, llamado Max Fleischer, se convertiría en un pionero de la animación y daría una larga guerra contra un estudio que quería la corona solo para sí: Disney.
Los inicios de la animación
Sabemos bien que la inquietud de representar acciones y movimiento con dibujos tiene antecedentes que se remontan a la prehistoria. Por otro lado, hay diversos antecedentes de la animación cinematográfica, haciendo uso de las ilusiones ópticas y el avance de la tecnología en el cine. Incluso los pioneros del cine se interesaron en realizar animaciones, tales como Émile Cohl y el mismísimo George Méliès.
Sin embargo, en aquellos primeros años del siglo XX las animaciones requerían bastante tiempo, ya que se realizaba cada fotograma desde cero. Hacía que los proyectos se encarecieran y, además, tomaran mucho tiempo. Fue Earl Hurd quien patentó el sistema de acetatos, en el que se basaría la animación comercial clásica. Este consistía en dibujar los fondos fijos, y a los personajes sobre láminas de acetato transparentes, lo que agilizaba mucho la producción de películas animadas.
La rotoscopia
Fue entonces que, en 1917, Max Fleischer inventó la rotoscopia, con lo que cambiaría la historia de la animación para siempre. Como decíamos, dicho aparato proyectaba una película real sobre una mesa, permitiendo dibujar a los personajes ficticios basándose en el de los personajes reales. Max, junto a su hermano Dave Fleischer y Lee De Forest, estrenaron en 1924 la primera animación con sonido, Oh Mabel.
El Fleischer Studios se destacó entonces por su animaciones fluidas, naturales e ingeniosas. Pronto los hermanos Fleischer asombrarían al público con varios personajes icónicos del cine sonoro de animación: Betty Boop y Popeye el marino, así como de otros personajes inolvidables de la época, como Koko el payaso.
Su invento y sus proyectos pusieron a los Fleischer Studios a la cabeza del género de animación, aunque muy de cerca venía Disney. Y es que para su gran película, la que le valió un lugar en el mundo de la animación y que, además, marcaría el futuro de la compañía, es decir, para Blancanieves y los siete enanitos, utilizó la técnica de rotoscopia. Sin embargo, se dice que la compañía del mítico Walt Disney no tenía permiso para usar la mencionada tecnología y que, además, no dio los créditos ni regalías correspondientes.
Esto, por supuesto, levantó las alarmas en Fleischer Studios, quienes respondieron con un proyecto muy ambicioso: Los viajes de Gulliver. El largometraje de 1939 sería realizada casi en su totalidad con rotoscopia y, por si fuera poco, fue el segundo largometraje sonoro en color de animación realizado en la historia del cine. El primero: Blancanieves y los siete enanitos, así que ya podemos ver que el golpe a los hermanos Fleischer no fue poco.
El gran ganador
La rotoscopia se utilizó en una gran cantidad de producciones posteriores, como en El señor de los anillos de 1978 dirigida por Ralph Bakshi. Y no solo para títulos de animación, sino también para efectos especiales, como los sables de luz en la primera trilogía de La guerra de las galaxias. Además, en las décadas de los ochenta y noventa se utilizó para diversos videos musicales, cuando estos materiales eran de vital importancia para el lanzamiento de nuevas producciones.
Disney, por su parte, siguió utilizando la rotoscopia en producciones posteriores a Blancanieves, tales como La bella durmiente, La bella y la bestia y Robin Hood, El libro de la selva (1967), Los Aristogatos, Bambi y Alicia en el país de las maravillas (1951).
En el caso de los Fleischer Studios, la competencia con Disney no solo quedaba en el terreno de la animación y la tecnología utilizada en sus producciones. Y es que los Fleischer tenían como distribuidora a Paramont Pictures, mientras que Disney fundó su propia compañía distribuidora: Buena Vista. Depender de Paramont fue una de las causas que no ayudó a la compañía de Fleischer, e incluso en años posteriores hubo litigios al respecto.
Sin embargo, quizá lo que terminó por dar la ventaja a Disney en el terreno de la animación fue su corte familiar, sus historias edulcoradas y, claro, sus peculiares personajes. En contra parte, Fleischer Studios tenía un corte mucho más oscuro y adulto; sus historias y personajes transitaban terrenos más siniestros. Esto, sin duda, contribuyó a su declive que vendría en años posteriores.
El inventor de la rotoscopia y su legado
Los viajes de Gulliver se estrenó en 1939 pero no logró imitar los logros que consiguió Disney con Blancanieves. Tiempo después el estudio de los Fleischer realizó quizá uno de sus proyectos más destacados: Superman, una serie animada muy destacada en el universo del superhéroe creado por Jerry Siegel y Joe Shuster. Incluso el primer cortometraje de la serie, titulado Superman, fue nominado a los Premios Óscar.
Más tarde realizaron Mister Bug Goes to Town, el cual fue estrenado en diciembre de 1941. A diferencia de Gulliver, a Mister Bug le fue bastante mal con la crítica y con el público. Poco después los hermanos Fleischer dejaron el estudio, al parecer cada uno por su parte, pues hubo un grave conflicto personal entre ellos. Estos hermanos nunca más figuraron como grandes nombres en el ámbito de la animación, pero sin duda sus trabajos y personajes han mantenido su popularidad a través del tiempo. Fleischer Studios es hoy en día solo una compañía de nombre, está a cargo de las licencias de personajes como Betty Boop y Koko el payaso.
De lo que estamos seguros es de que la rotoscopia, su gran invento, marcó un antes y un después en la historia de la animación y en la industria cinematográfica.