Cazar entre varios siempre es mucho más fácil que hacerlo en solitario. Aunque pueda parecer extraño, también se ayudan a cazar entre varias especies diferentes. De hecho, eso es lo que sucede, por ejemplo, entre los pulpos, los meros y otras especies de peces. Hace unos meses nos enteramos de que los brazos de los pulpos pueden saborear todo lo que tienen alrededor y, ahora, un nuevo estudio dice que los pulpos podrían ser rencorosos. O, por lo menos, que golpean a sus compañeros de caza por rencor. Pero, ¿qué explica este estudio exactamente?
Los pulpos y los peces cazan juntos de vez en cuando. Aprovechan las habilidades de cada una de las especies. Esto significa que los peces son los encargados de buscar y señalar a las presas; mientras que los pulpos son los que las persigue. Gracias a que pueden meterse entre rocas y arrecifes de coral, las presas tienen muy poco que hacer para escapar de los pulpos. Cuando el pulpo ya ha cazado, comparte la presa con el resto de peces que han participado, según explica Eduardo Sampaio, coautor del nuevo estudio de la Universidad de Lisboa y el Instituto Max Planck de Comportamiento Animal.
En este nuevo estudio, publicado en Ecology, se recogen sesiones colaborativas en las que los pulpos golpean a los peces. La investigación señala que no es un comportamiento extraño porque suele servir para "asegurar la colaboración" entre las especies que participan en la caza. Sin embargo, en varios de los casos documentados en el estudio, los pulpos golpean sin ningún motivo a los peces. Y eso sí que es un comportamiento extraño. ¿A qué se debe esta violencia sin sentido por parte de los pulpos?
¿Son los pulpos rencorosos?
En un vídeo, recogido por Gizmodo, aparecen ocho casos de explosiones de violencia de los pulpos a sus compañeros de caza sin motivo aparente. Estas imágenes están recogidas entre 2018 y 2019 en el mar rojo, frente a las costas de Israel y Egipto. En el vídeo se puede ver "un movimiento rápido y explosivo con un tentáculo dirigido a un pez compañero específico". Los investigadores señalan que las observaciones "involucran a diferentes pulpos en diferentes lugares", por lo que "sugieren que el puñetazo tiene un propósito concreto en las interacciones entre especies".
Pero, ¿por qué? La respuesta a estas preguntas nunca es fácil. Los investigadores, de todas maneras, han analizado las imágenes y han tratado de dar una respuesta a cada estallido de violencia. En ocasiones podría suponer una forma en la que el pulpo mantiene el control sobre el comportamiento de sus compañeros de caza; en otras podría ser para desterrar a compañeros del grupo. Pero también para disuadirlos de quitarles las presas o, simplemente, por "razones puramente egoístas", señalan desde Gizmodo. Y esto significa que la violencia les daría acceso inmediato a una comida. Es decir, podrían zampárselos a ellos en vez de seguir cazando.
No obstante, no todos los eventos se pudieron relacionar de forma directa con su por qué. De hecho, dos casos sucedieron "en ausencia de beneficios inmediatos". Los autores del estudio apuntan a que los pulpos estaban siendo rencorosos con sus compañeros de caza. Por desgracia, también se podría relacionar con otras opciones. Por ejemplo, que los peces no hayan estado a la altura de la sesión de caza y los pulpos les den un recordatorio de que, en la próxima, se tienen que esforzar más. Es lo que los investigadores han llamado "formas de agresión con gratificación aplazada". En estas, "el pulpo paga un pequeño coste para imponerse a la pareja que se porta mal, en un esfuerzo por promover el comportamiento colaborativo en las siguientes interacciones", señala el estudio.
Para saber si los pulpos son rencorosos todavía tendremos que esperar un poco más, ya que serán necesarias más investigaciones. Pero es, cuanto menos, un comportamiento curioso. En realidad, sabemos mucho menos de lo que creemos sobre los pulpos.