Cada ser humano tiene su forma particular de comunicarse con sus mascotas. Algunas veces, pasamos tanto tiempo con ellas que llegamos a entender lo que necesitan con solo mirarlas. Incluso también ellas entienden lo que pasa por nuestra mente. Otras veces se necesita un poco más de interacción, pero saben bien cómo hacerlo. ¿Quién no ha visto alguna vez a su perro sentado junto a la puerta mirando fijamente la correa? Esto puede salirles de forma natural o entrenarse. Ahora bien, de ahí a usar un lenguaje propiamente dicho, hay una distancia inmensa. Aunque no parece tan grande al ver a Bunny, el perro de Tik Tok que se comunica con su dueña a través de botones.

El animal se ha hecho ya mundialmente famoso en la red social por los vídeos en los que presiona una serie de teclas de un tablero en las que su amiga humana, Alexis Devine, ha colocado las palabras más importantes para que pueda comunicarse. Cuando las pulsa, una voz enlatada pronuncia el mensaje en cuestión, haciendo las delicias de los más de 5 millones de seguidores de Bunny.

Pero la historia de este can ha ido mucho más allá del mero divertimento, tras llegar a oídos de un grupo de científicos pertenecientes al Laboratorio de Cognición Comparativa de la UC San Diego. Encabezados por el propio director del centro, Federico Rossano, han iniciado un proyecto, dedicado a analizar estas habilidades en otros perros, pero también en gatos y caballos. Hasta ahora no tienen resultados concluyentes, pero esperan poder contestar a una pregunta muy interesante: ¿se trata de un comportamiento de asociación o saben realmente comunicarse?

@whataboutbunny

This interaction seems incredible in so many ways: questioning/ referencing the past/ empathy. #fyp #doggyanthem #empathy #talkingdog

♬ original sound - I am Bunny

El perro de Tik Tok que se comunica mediante botones

Todo empezó cuando Alexis leyó algo sobre Christina Hunger, una patóloga del habla y el lenguaje que enseñó a su perra Stella a comunicarse con ella a través de una serie de botones con palabras pregrabadas.

Por ese entonces, Bunny era un cachorro, por lo que aún estaba a tiempo de comenzar a entrenarlo. Ahora el perro tiene 15 meses y lo que vemos en Tik Tok es el resultado de más de un año de adiestramiento. ¿Pero qué ha ocurrido? ¿Ha conseguido su dueña estimular su capacidad para comunicarse o simplemente le ha enseñado a base de prueba y error a relacionar botones con necesidades?

No sería la primera vez que se confundiría la simple capacidad de relacionar estímulos con la presencia de habilidades cognitivas más complejas. Por ejemplo, a principios del siglo XX hubo un gran revuelo con Hans, un caballo alemán capaz de resolver cálculos y contestar preguntas presionando con sus patas sobre un tablero con números y letras. O al menos eso creían sus cuidadores. Con el tiempo descubrieron que en realidad elegía esos botones porque detectaba pequeñas señales inconscientes en los rostros de los humanos que lo ponían a prueba. Su caso fue un claro ejemplo de la importancia de no mirar cara a cara a los animales mientras se realizaban este tipo de experimentos.

Para saber si el caso del perro de Tik Tok que se comunica mediante botones se asemeja al de Hans, el equipo de Rossano ha puesto en marcha el proyecto They Can Talk, en el que ya se han inscrito más de 700 animales.

El gran hermano de las mascotas

Todos estos animales disponen de alfombras con botones similares a las de Bunny ubicadas en sus hogares. Este es un punto clave, puesto que el hecho de seguir en su entorno es importante a la hora de obtener resultados. No obstante, los investigadores podrán observarlos en todo momento gracias a cámaras ubicadas en el lugar del experimento. Así se aseguran que no se les envíe información sesgada.

Tienen especial interés en observar cómo se comportan los animales respecto a palabras relacionadas con la ubicación o con el tiempo. Por ejemplo, según han explicado a The Verge, si un animal presiona las palabras “agua” y “fuera”, podría estar pidiendo agua, pero también podría indicar que fuera de casa está lloviendo.

En cuanto al tiempo, se sabe que los perros tienen su propio concepto de duración, pero no hay datos sobre la forma exacta en la que lo miden.

En definitiva, tanto el perro de Tik Tok que se comunica mediante botones como el resto de mascotas del estudio pueden aprender a comunicarse. Sin embargo, es posible simplemente que relacionen conceptos. Si al presionar el botón de “rascar” reciben un placentero “masaje” de sus amigos humanos, seguramente volverán a presionarlo cuando necesiten relajarse. Si al pulsar el que se corresponde con jugar les lanzan la pelota, volverán a hacerlo cuando quieran divertirse. Pero el lenguaje es mucho más que eso. Para saber si realmente están comunicándose habrá que ir más allá en el estudio. Mientras, Bunny seguirá haciéndose famoso en las redes sociales.

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