Los murciélagos son animales muy demonizados a causa de la pandemia, pero también muy interesantes. El estudio de su sistema inmunitario es una fuente inmensa de conocimiento, por su capacidad para albergar todo tipo de virus sin experimentar consecuencias. Además, los propios seres humanos tenemos mucho que aprender de su comportamiento. Cuando finalmente una enfermedad termina afectándoles son unos verdaderos expertos aislándose y manteniendo “cuarentenas”. No obstante, hay algo que todavía les falla: la protección de las mucosas. El tema de los murciélagos con mascarilla puede parecer sacado de una tira cómica, pero lo cierto es que, al menos en una especie concreta, no es tan disparatado.
Se trata del Centurio senex, una especie típica de México, Centroamérica y el norte de América del Sur, que se caracteriza por un pliegue de piel ubicado en la parte inferior de la cara de los machos. Esta curiosa estructura se sube y se baja, como si de una mascarilla se tratara. Y por lo que se ve no le gusta usarla durante el coito.
Murciélagos con mascarilla, pero no en el sexo
C. senex es una especie de murciélago muy poco estudiada, sobre todo a nivel de sus mecanismos de apareamiento.
Por eso, un equipo de científicos de la Universidad de Puerto Rico decidió recientemente estudiar una comunidad de estos animales, mediante grabaciones simultáneas de audio y vídeo. Comprobaron que utilizan el método lek. En él, las hembras escogen entre grupos de machos que se encuentran exhibiéndose mediante diferentes rituales. Fue un procedimiento descrito inicialmente en urogallos. Sin embargo, se ha observado en otros muchos animales, incluyendo mamíferos como las focas, los ciervos y, por supuesto, también algunos murciélagos.
Según describen en su estudio, recién publicado en PLoS ONE, al acercarse las hembras los machos con mascarilla comenzaban a batir sus alas con fuerza, a la vez que emitían silbidos de baja frecuencia. Finalmente, una vez que ellas elegían a uno, este se bajaba la mascarilla el tiempo justo de la cópula, después cantaban con entusiasmo y volvían a subirla.
En un estudio publicado por científicos de la Universidad de Harvard el pasado mes de mayo, se explicaba la importancia de usar mascarilla para practicar relaciones sexuales con no convivientes. Poco después, en septiembre, una doctora canadiense emitía un aviso similar. Hay muchas cosas que podemos aprender de los murciélagos. Sin embargo, visto lo visto, en este punto no debemos hacerles mucho caso. Come menos murciélagos, sé más como ellos, pero no copies su forma de tener sexo.