Se vienen curvas para el sector de los vehículos de movilidad personal, también conocidos como patinetes eléctricos. Una nueva reforma del Reglamento General de Circulación, directamente enfocada a este tipo de sistemas de transporte, busca la reducción de la siniestralidad en las vías, así como la prohibición de la circulación por aceras y zonas peatonales.
A partir del 2 de enero, según publican en el BOE del 11 de noviembre, ningún patinete eléctrico podrá circular fuera de las ciudades. Dentro de ellas tampoco estaría permitido su paso por travesías, autovías o autopistas. Tampoco por túneles dentro de los núcleos urbanos. Lugares por los que ya se entendía que los patinetes eléctricos no tenían permisos para entrar en esas zonas; ahora, la unificación de la normativa en el Reglamento General de Vehículos armonizará las limitaciones de los mismos en todo el territorio español.
Asímismo, la mayor novedad que ha incluido la revisión de la regulación vinculante a los patinetes eléctricos ha venido de la mano de la creación de un certificado para la circulación de los vehículos. Una suerte de ITV de fábrica que deberá reflejase en un documento emitido por el fabricante o, en caso de las empresas de movilidad, por los importadores del patinete. Dicho documento tendrá que reflejar los requisitos mínimos que la nueva normativa solicitan para circular por el territorio.
¿Qué datos deberá tener dicho documento? Y lo que es más importante: ¿qué requisitos tendrá que aportar? Este papel recaerá directamente sobre los hombros de la Dirección General de Tráfico, la cual deberá crear un manual de mínimos para los patinetes. Especificaciones técnicas, mínimos de seguridad y estructura que armonicen la seguridad de los mismos.
Las grandes plataformas de patinetes eléctricos a la espera
No es la primera vez que la DGT tiene que enfrentarse a la regulación de los patinetes eléctricos. Tampoco la primera que las empresas de patinetes están a la espera de una reforma de las normativas vigentes.
Hasta la fecha, sus pasos en lo referente a los Vehículos de movilidad Personal habían estado encaminados a normas de circulación. En diciembre de 2019, la DGT anunciaba la prohibición de circular con auriculares o hablando por teléfono, así como dos pasajeros en un patinete eléctrico. Por la noche, los conductores deberán llevar prendas reflectantes. Cualquier incumplimiento de esta medida podría recaer en multa, e incluso los pasajeros podrán ser sometidos a test de drogas o alcohol.
Normas básicas que, sin embargo, buscaban una armonización de la regulación básica para todas las regiones de España. Que hasta la fecha pendían de lo que los Ayuntamientos de cada una de ellas emitiese.
Ahora, y mientras se espera a la normativa que la DGT tendrá que presentar en los próximos meses, se abren nuevos frentes para el sector de los patinetes. En Madrid, todo apunta a un nuevo reparto de licencias que armonice el sector –tras caducar los permisos en septiembre de 2020–. Dejando atrás la normativa iniciada por Manuela Carmena, el nuevo alcalde Martínez Almeida tendrá que hacer un nuevo reparto de permisos entre las empresas candidatas.
Con Lime o Bird a la cabeza, ya son algunas las empresas de nuevo cuño que ya apuntan a solicitar su puesto en la capital. SPIN, empresa de patinetes de Ford, acaba de anunciar su intención de aterrizar en España en los próximos meses. Link, la propuesta del MIT, también tiene el ojo puesto en las decisiones de los consistorios españoles para los nuevos repartos.
Su mayor reto, pese a todo, será la cuestión de los certificados necesarios y solicitados por la DGT. Siendo el objetivo la reducción de la siniestralidad y teniendo en cuenta la degradación que los vehículos de movilidad personal en modo compartido soportan, todo apunta a que las exigencias vendrán precisamente por la garantía de mantenimiento y supervivencia de las unidades en circulación. Funcionamiento de frenos, piezas móviles –víctimas del vandalismo– o la propia estabilidad de los vehículos. Uno de los grandes retos del sector.