De repente, Martha se quedó sola. Se había mudado con su novio Ash y, poco después, él muere asesinado. Sin que ella pueda despedirse, de manera repentina. Pero, ¿y si pudiera seguir en contacto con Ash? ¿Y si pudiera hablar con él por videollamada, como si solo estuviera de viaje? Esta es la historia de Ahora mismo vuelvo, uno de los capítulos más conocidos de Black Mirror. En la serie, Martha acaba contratando una réplica de su novio con el que empieza a convivir. Esta última parte todavía forma parte de la ciencia ficción, pero no el hecho de que podamos utilizar chatbots para 'resucitar' a los muertos.

Ash lo grababa todo constantemente y lo comentaba en redes sociales. Sin que fuera consciente, estaba regalando una base de datos para la empresa que posteriormente recopila toda esa información para poder crear una versión digital de él mismo. Estaba programado para dar las mismas respuestas que daría si siguiera vivo, y la compañía sabía eso porque tenía todos los registros de sus interacciones. Fuera de la ficción de la serie de Netflix, hay varias empresas, como Replika, que ya trabajan en estos chatbots. En Estados Unidos se les llama griefbots porque buscan lidiar con el duelo de la pérdida de un ser querido.

El primer debate acerca de esta tecnología se centra en si es ético y positivo que los chatbots para 'resucitar' a los muertos sean utilizados para superar la muerte de alguien. Precisamente este tipo de discusiones se están llevando a cabo en un estudio de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, recopiló Yorokobu.

Belén Jiménez Alonso, doctora en Psicología e investigadora principal del estudio indicó para la UOC que los griefbots se presentan como una versión moderna de los rituales de duelo y que reemplazan a las formas clásicas como consultar un álbum de fotos u organizar un funeral. "Desde su punto de vista, los griefbots cumplirían una función psicológica positiva en el proceso del duelo, permitiendo a las personas interactuar de forma más sofisticada con el recuerdo de la persona fallecida, conmemorando su vida y contribuyendo, así, a mantener viva su memoria", dijo Jiménez Alonso a la UOC.

A pesar de que los chatbots para 'resucitar' a los muertos no están siendo utilizados -por ahora- las redes sociales ya se han encargado desde hace tiempo de crear recuerdos digitales de las personas fallecidas. Es el caso de Facebook, que convierte la cuenta de un usuario que ya no está en un memorial. En realidad, visitar estas páginas es como visitar un álbum de fotos. Poder hablar con esa persona como si siguiera viva es otra cosa.

El documental que abrió la veda a los chatbots para 'resucitar' a los muertos

En Corea del Sur, el documental Meeting you emitido en una cadena local puso en el punto de mira el debate de hasta qué punto puede ser sano "reencontrarse" con un ser querido fallecido. Fue lo que hizo Jang Ji-sung, una mujer que perdió a su hija de 7 años por una enfermedad. Con realidad virtual, un equipo recreó la imagen y la voz de la niña para que su madre pudiera despedirse de ella.

YouTube video

En el vídeo del "reencuentro", la madre llora al ver a su hija y la intenta abrazar, aunque se trata de un holograma. "Mamá, ¿dónde has estado? ¿Pensaste en mí?", le pregunta la niña. Unas imágenes de angustia que provocaron el revuelo de muchos espectadores, que no vieron ningún punto positivo para la madre y su proceso para superar por la muerte de su hija.

Los psicólogos no tienen una opinión generalizada al respecto. Mientras que unos creen que volver a hablar o a ver a un ser querido fallecido puede ser una buena manera de lidiar con el trauma (sobre todo si esa persona ha muerto de manera prematura), otros afirman que estos encuentros digitales pueden provocar más dolor y alargar el duelo.

Mi amigo es un chatbot

Chat para 'resucitar' a los muertos
Christian Wiediger / Unsplash

Puede parecer que los chatbots de personas fallecidas forman parte de un futuro distópico. Pero no estamos tan lejos. Además de los estudios que consiguen grandes avances, hay empresas que ya se dedican a los chatbots como sustituto de personas físicas. Es el caso de Replika, la app que te ofrece "amigos" virtuales con los que conversar. Este tipo de chatbots también han sido muy útiles para brindar ayuda psicológica y han sido grandes aliados durante la cuarentena por la pandemia del coronavirus.

En el caso específico de los griefbots, varios investigadores están trabajando para mejorar la tecnología. Una de ellas es también una de las precursoras de este tipo de realidad virtual. Eugenia Kuyda es la cofundadora de la empresa de inteligencia artificial Luka, que también está detrás de Replika y la que lanzó el programa que permite interactuar con su amigo Roman Mazurenko, fallecido en 2015.

Kuyda, tras la muerte repentina de su mejor amigo, recopiló todos los mensajes que tenía de él para crear el bot que pudiera imitar su forma de hablar y hasta ciertos aspectos de su forma de pensar. El resultado fue Romanbot, una experiencia que dividió a la familia y amigos de Roman Mazurenko. Mientras unos afirmaron que encontraron muchos parecidos entre el chabot y su amigo, otros lo vieron como una experiencia oscura que no les hizo sentir mejor tras la muerte de su amigo.

Hossein Rahnama es otro de los investigadores que está trabajando en futuros griefbots creados a partir de datos personales. El experto indicó que una persona puede llegar a almacenar un billón de gigabytes de datos a lo largo de toda su vida y que con ese archivo es posible crear una versión digital de uno mismo que reproduzca no solo la forma de hablar y los rasgos físicos, también las bromas o gustos de una persona.

Actualmente, es difícil que alguien haya recopilado toda esa cantidad de información a través de redes sociales porque no llevamos tanto tiempo conviviendo con ellas. Según Rahnama, los que ahora son millennials podrán contar con este archivo en 2070. En ese momento, se podría crear una base de datos con todos los correos electrónicos, mensajes de texto, fotos, tweets y hasta Stories de Instagram de una persona. Además de crear una versión digital de ella, el objetivo es que también consiga desarrollar nuevas opiniones sobre acontecimientos que han sucedido después de su muerte.

Un memorial a cambio de datos

Los avances conseguidos hasta ahora parten de los hallazgos del siglo pasado, como el robot ELIZA. A pesar de que las investigaciones han logrado mejorar la tecnología, los chatbots actuales siguen estando lejos de parecer un humano. Pero cada vez se acerca un poco más.

El aprendizaje automático y el deep learning han conseguido que los asistentes como Alexa o Siri nos den respuestas cada vez más acertadas y que tengan menos limitaciones en su lenguaje. Hace unos años, la ironía o el sarcasmo no entraba dentro del catálogo de conocimientos de los asistentes. Hoy, aunque con imperfecciones en algunos casos, podemos tener respuestas coherentes.

Esta tecnología seguirá mejorando, pero los retos de los griefbots van mucho más allá de las innovaciones técnicas. Uno de los puntos más polémicos de chatbots para 'resucitar' a los muertos es la privacidad y las implicaciones que puede tener un legado digital. Los críticos más acérrimos cuestionan cómo se puede garantizar un buen uso de los datos personales de una persona que ha fallecido. En unos años quizá podamos llegar al punto en el que una persona escoge qué información quiere que se utilice para construir su versión digital. Pero, por el momento, este escenario no parece realista.

En casos como el de Romanbot, su mejor amiga fue la que decidió qué datos incluía en el archivo. Pero ¿y si incluye información que su amigo no quería que saliera a la luz? Es posible que Roman Mazurenko interactuara de manera diferente en función de las personas con las que se encontraba y es muy probable que quisiera que la imagen que cada uno tenía de él fuera la misma después de su muerte. En cualquier caso, el joven nunca pudo revisar la información que se recopiló en su chatbot.

Cómo se podrá lidiar con estos dilemas y si realmente tendremos que hacerlo es todavía una incógnita. Lo que sí sabemos es que existe un programa que puede cambiar por completo la forma que tenemos para lidiar con la muerte. ¿Y si nunca tuviéramos que despedirnos del todo de una persona? ¿Qué consecuencias tendría eso para nuestra salud mental? Una versión digital nunca podrá reemplazar la versión real, pero gracias a la primera siempre se podría tener contacto con nuestros seres queridos. Ni la muerte podría evitarlo.

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