El ser humano es curioso por naturaleza. Por eso mismo, no es de extrañar que queramos explorar el espacio. Pero para ello necesitaremos conseguir ciertos recursos in situ para poder hacer esa exploración espacial. Ya sabemos que una de las opciones es la minería espacial para conseguir combustible, por ejemplo. No obstante, la biominería también podría ayudarnos a conseguir otros materiales necesarios. Pero, ¿qué es la biominería espacial? ¿Y se podría dar en el espacio?

Hay microorganismos que, en la Tierra, hemos observado que son capaces de extraer elementos de las tierras raras en las rocas. Las tierras raras son 17 elementos de la tabla periódica que son muy difíciles de minar y extraer: escandio, itrio y todos los lantánidos (lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio). Lo más importante de las llamadas tierras raras es que se utilizan para hacer componentes de los componentes electrónicos.

Biominería espacial

Experimento de biominería espacial
Agencia Espacial Europea

Ya sabemos que estos microorganismos existen y pueden extraer elementos necesarios para la exploración espacial. Es decir, para hacer (o arreglar) componentes electrónicos se necesitan de algunas de estas tierras raras. Y esto significaría que no tendríamos que enviarlas. Sino que con estos microorganismos se podrían sacar de algún asteroide. Sin embargo, para saber si es posible, primero hay que probar que estos microorganismos pueden trabajar en microgravedad.

¿Y cuál es el mejor lugar para hacer este tipo de experimentos? La Estación Espacial Internacional, que además acaba de cumplir hace unos días 20 años desde que se envió la primera misión. Y así ha sido. Este martes se ha publicado un nuevo estudio en Nature Communications que dice que hay un tipo muy particular de microorganismo que puede trabajar en microgravedad y baja gravedad. Y, de esta forma, los astronautas conseguirían tierras raras en el espacio. O en la Luna o Marte.

"Los microbios pueden actuar de forma específica uniéndose a ciertos elementos y permitiéndonos eliminar grandes cantidades de sustancias químicas nocivas para el medio ambiente, como el cianuro, que se utiliza tradicionalmente para lixiviar elementos de las rocas", explicó Charles Cockell, autor principal del nuevo estudio y astrobiólogo de la Universidad de Edimburgo, tal y como recoge Gizmodo. "A día de hoy, incluso podemos diseñarlos para que sean mejores mineros".

Así fue el experimento en la estación espacial

La Estación Espacial Internacional (EEI) ha sido clave para dar con estos microorganismos. La EEI no deja de ser un laboratorio con condiciones únicas de microgravedad y baja gravedad. Estas condiciones que se encuentran en el espacio y otros lugares, como la Luna o Marte, podrían afectar a la capacidad de los microbios para realizar sus funciones.

"Se sabe que la baja gravedad reduce la sedimentación de microbios y, por lo tanto, reduce la mezcla y el flujo de nutrientes a los microbios y los desechos de ellos", comentó Cockell. "Así que podemos esperar que esto influya indirectamente en el crecimiento de los microbios y en cómo interactúan con las rocas y, por lo tanto, en su capacidad para biominar esas rocas".

Sphingomonas desiccabilis, bacteria biominera

<em/>Sphingomonas desiccabilis, bacteria para biominería espacial
Rosa Santomartino/Universidad de Edimburgo

Sin embargo, este no ha sido el caso en el experimento realizado en la EEI. O al menos, no lo que se ha observado con los microbios utilizados. Para el experimento se utilizaron tres tipos de bacterias: Sphingomonas desiccabilis; Cupriavidus metalidurans y Bacillus subtilis. Y se las sometió a las gravedades de la Tierra, la Luna y la microgravedad de la EEI. Solo la S.desiccabilis pudo hacerlo. Y, además, mejoró las concentraciones medias de lixiviación de tierras raras, según explican los investigadores en el estudio.

La posible explicación para que S.desiccabilis sea tan buena en biominería espacial estaría en que produce "muchos azúcares de cadena larga que tienen muchos puntos de unión que enlazan con los elementos de tierras raras", lo que no sucedía con el resto de bacterias.

"Nos habíamos preguntado si estos otros microbios podrían ser estimulados para practicar biominería en unas condiciones estresantes donde haya una falta de nutrientes en microgravedad, que es la razón por la que lo probamos, pero la microgravedad no consiguió cambiar su capacidad para biominar".

Aunque no todos los microorganismos son igual de capaces de actuar en situaciones estresantes, al menos ya conocemos una bacteria que podría sernos de mucha ayuda si necesitamos empezar a biominar asteroides en busca de tierras raras. Aunque se haría a través de biorreactores. Pero antes de que esto ocurra, Cockell quiere seguir experimentando. La próxima investigación de su equipo, BioAsteroid, llegará en diciembre a la EEI. Allí los astronautas tendrán que probar si hay hongos capaces de biominar asteroides también en condiciones de microgravedad o baja gravedad.