Quibi, la plataforma de vídeo en streaming enfocada en los dispositivos móviles, cerrará definitivamente después de tan solo seis meses de vida, según reporta The Wall Street Journal. El servicio fue capaz de levantar más de 1.750 millones de dólares de la inversión privada, pero ni siquiera esa cantidad fue suficiente para enfrentar un problema que tomó por sorpresa a toda la humanidad: la pandemia del coronavirus.
El reporte indica que la COVID-19 afectó la operación de Quibi. ¿El motivo? Al ser un servicio que dependía de los dispositivos móviles, pero con millones de personas encerradas en su hogar para evitar el contagio, poco a poco se fue complicando el surgimiento de nuevo contenido —que para cualquier plataforma es un pilar fundamental—. Esta última situación, de hecho, fue una de las principales razones por las que nunca concretó su despegue.
Realizaron inversiones millonarias en crear estudios que se encargaran de producir contenido original, sin embargo, la estrategia no rindió frutos. Jeffrey Katzenberg, cofundador de Quibi, se puso en contacto con gigantes de la talla de Apple, Facebook y WarnerMedia para negociar la posible adquisición del servicio. El problema es que nadie mostró interés en comprarla, ni siquiera en firmar una asociación para aprovechar las series que habían producido. El barco no tardó mucho tiempo en hundirse. Aquí en Hipertextual te detallamos las complicaciones que vivía Quibi en los últimos meses.
Una burbuja que explotó rápidamente
El arranque de Quibi fue excepcional. Durante su primera semana de vida registró 1,7 millones de descargas en iOS y Android, una cifra que cualquier otra aplicación debutante envidiaría. No obstante, el mayor obstáculo para la plataforma vendría tres meses después, cuando finalizaba el periodo de prueba gratuito. No hay que olvidar que el servicio tenía un precio de 4,99 dólares mensuales (con anuncios) o 7,99 (sin anuncios) tras concluir el plazo gratis. Como seguramente supones, todo se vino abajo.
Según los datos compartidos por la propia Quibi, 90% de sus usuarios abandonaron el servicio al terminar el periodo de prueba. De 910.000 personas que se registraron en abril, solo 72.000 abrieron su cartera para seguir pagando la suscripción. Su modelo de negocio, acompañado de la enorme inversión necesaria para producir contenido original, no pudo ser rentable. Queda claro que competir contra Netflix, Disney+, Amazon Prime Video y Apple TV+ no es una tarea fácil.