A finales de septiembre, un grupo de surfistas alertó sobre los síntomas que habían experimentado tras practicar deporte en las costas dela península rusa de Kamchatka. Todo comenzó con ardor en los ojos y la garganta y siguió con fiebre y problemas de visión. Los médicos que les atendieron descubrieron que algo en el agua había quemado sus córneas. Podría haber sido un caso aislado, pero poco después un equipo de buzos declaró haber detectado una muerte masiva de animales marinos a una profundidad de cinco a diez metros en una reserva natural de la zona. Y más tarde no serían necesarios buzos para comprobarlo, pues todo tipo de especies acuáticas comenzaron a aparecer varadas en la playa. Desde focas hasta pulpos, pasando por erizos de mar, estrellas, cangrejos y, por supuesto, también peces.

La noticia llegaba apenas unos meses después de que se detectara el vertido de una importante cantidad de petróleo en Siberia, por lo que los grupos ecologistas se temieron que pudiera tratarse de un evento similar. Sin embargo, las primeras inspecciones oculares llevadas a cabo por expertos apuntan a algún tipo de sustancia transparente, muy soluble en el agua. ¿Cuál puede ser entonces esta asesina invisible?

Misteriosa muerte masiva de animales marinos

Los buzos que alertaron en primer lugar sobre la muerte masiva de animales marinos reportaron haber visto aproximadamente una tasa de fallecimientos del 95%. Apenas quedaban en la zona unos pocos peces y langostas con vida.

Era necesario tomar cartas en el asunto cuanto antes, por lo que se procedió a tomar muestras del agua, que aún están siendo analizadas. Según declaraciones a Agence France-Presse, transmitidas también por Science Alert, una de las primeras teorías es el efecto de una acumulación excesiva de algas microscópicas tóxicas. Sin embargo, parece más probable que sea la mano humana la que esté detrás de lo ocurrido. Es demasiado pronto para apuntar a un origen único, aunque se sospecha que pueda estar en la planta de Kozelsky. Se trata de un lugar inaugurado en 1979 para el almacenaje de una gran cantidad de pesticidas. A día de hoy no tiene un propietario legal y se sospecha que puede haber sido asaltado, ya que se han detectado cortes en la alambrada de púas que rodea la zona. Este lugar podría tener más de 100 toneladas de sustancias muy contaminantes, que podrían haberse vertido al mar.

Según ha explicado en un comunicado el jefe de responsabilidad ambiental empresarial de WWF-Rusia, Alexey Knizhnikov, si se tratara de petróleo bastaría con limpiar la capa superficial. Sin embargo, si se cumple lo que sospechan y es algún “veneno” muy soluble, estaría afectado todo el cuerpo de agua. Habrá que esperar a los resultados del análisis de las muestras y las autopsias de los animales fallecidos. Una vez que haya respuestas, la prioridad será actuar cuanto antes.

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