Nos han advertido mucho sobre el sedentarismo, el sobrepeso o la obesidad o la alimentación inadecuada. Sabemos que nuestro corazón sufre, pero la salud relacionada con el corazón va más allá de la falta de ejercicio, el peso o la alimentación. Son importantes, sí, y hay que tenerlos en cuenta. Pero ahora conocemos otros factores de riesgo cardiovascular como el descuido de la higiene bucal, la falta de vitamina D o el ejercicio excesivo.

¿Cuáles son estos otros factores y cómo nos afectan a la salud cardiovascular? En el Día Mundial del Corazón, en Hipertextual te contamos un poco más sobre todo esto.

Entre los factores de riesgo para el corazón que más conocemos, además de los ya nombrados, se encuentra el estrés crónico. Esta exposición a largo plazo a los efectos del estrés sobre el cuerpo puede provocar problemas cardíacos como "hipertensión arterial o arritmias", explican desde la aseguradora Cigna en un comunicado de prensa. Además de "favorecer el desarrollo de enfermedades cardiovasculares en personas que ya padecen problemas cardíacos, tales como isquemia cerebral (ictus), angina de pecho o infarto".

Pero ¿por qué el estrés crónico puede ser un problema? "Esto se debe a la respuesta fisiológica que provoca el estrés y que obliga al corazón a trabajar más intensamente: tensión extra en los músculos, incremento de la frecuencia cardíaca, aumento de la presión arterial y mayor demanda de oxígeno", señalan. Para evitar este problema, lo mejor es aprender a manejar el estrés, para que cada vez su impacto en nuestro cuerpo sea menor.

Otros factores de riesgo para el corazón

Un factor de riesgo que señalan los expertos es la falta de vitamina D. La vitamina D la adquiere el cuerpo de dos formas. Por un lado, tomando el sol y, por otro, tomando alimentos ricos en ella. La falta de la luz solar en la piel puede producir problemas como hipertensión. "Esto se debe a que la exposición a la luz solar es fundamental para sintetizar la vitamina D en el cuerpo. Si los niveles de esta vitamina son bajos, se incrementa el riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular", según numerosos estudios.

La higiene bucal, según un análisis publicado en Hypertension, es muy importante para la salud del corazón. Tener la boca descuidada se relaciona con un mayor riesgo de sufrir hipertensión o de tener un accidente cardiovascular. Esto se debe a que las encías se inflaman por la falta de higiene y puede causar presión arterial alta. Además de daños en los vasos sanguíneos y una acumulación de placa en el flujo sanguíneo.

El sueño es también un factor a tener en cuenta. Las personas que duermen menos de 6 horas al día puede tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular en comparación con las que descansa entre 7 y 8 horas, según un estudio realizado por el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC). Este estudio apunta a que 4 de cada 10 españoles afirma no dormir lo suficiente. Solo un 29% señala que la calidad del descanso es "muy buena o excelente", según recoge Cigna.

Aunque los ronquidos como tal no presentan ningún riesgo, sí se hace en exceso sí puede ser la señal de otro problema. Las personas con apnea obstructiva al dormir dejan de respirar durante unos instantes y los niveles de oxígeno en sangre disminuyen rápidamente. Esto produce irregularidades en el ritmo cardíaco, por lo que si alguien ronca en exceso, lo mejor es comentárselo para que acuda a un especialista y puedan ver si es apnea. Esta alteración, indican los expertos, "a la larga, aumenta el riesgo de hipertensión, insuficiencia cardíaca, derrame cerebral o infarto de miocardio".

Ejercicio, ¿bueno o malo?

El sobrepeso y el sedentarismo son dos de los factores que más conocemos. Sin embargo, como dice el refranero español: Nada en demasía, ni en la tristeza, ni en la alegría. ¿Y qué quiere decir esto? Pues que el ejercicio excesivo también es malo, es un factor de riesgo para el corazón.

Aunque el nivel de actividad recomendado dependerá de la capacidad de cada persona, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay evidencias de que el beneficio de realizar ejercicio disminuye cuando se rebasan los 300 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada.

Esto no quiere decir que el ejercicio sea malo. Al contrario, es bueno. Pero, como decíamos, en su justa medida. Para saber cuánta práctica deportiva aguanta nuestro cuerpo, lo mejor es consulta con expertos antes de poner en marcha la maquinaria que es nuestro cuerpo. También es importante realizar exámenes médico con frecuencia, para detectar cuanto antes cualquier otro problema de salud que pueda derivar en problemas para el corazón.

Debido al confinamiento por la COVID-19 muchos españoles han realizado menos ejercicio. Por eso, en la nueva normalidad, lo mejor es ir con tranquilidad. Y ante posibles situaciones similares continuar haciendo ejercicio moderado en casa para evitar los riesgos del corazón. Como motor de nuestro cuerpo, es necesario cuidar el corazón lo máximo posible. Porque si falla, falla el resto.

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