Decía la canción Vamos a contar mentiras que por el mar corren las liebres y por el monte las sardinas. Pocas cosas hay más falsas que un pez que anda sobre tierra firme. Al menos aparentemente, ¿pero y si no fuera algo tan raro? No, las sardinas no caminan, eso está claro, la canción estaba bien. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en Journal of Morphology, revela que hasta once especies de una misma familia de peces, las conocidas como lochas de las colinas, tienen esta inusual capacidad.
La investigación ha sido llevada a cabo por científicos del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey, el Museo de Historia Natural de Florida, la Universidad Estatal de Luisiana y la Universidad Maejo de Tailandia, cuyo trabajo consistió en analizar las estructuras musculares y esqueléticas de 29 especímenes diferentes. Además, analizaron el ADN de 72 ejemplares, con el objetivo de caminar hacia atrás sobre su árbol genealógico.
El pez que anda gracias a sus caderas
Este género de peces ya llamaba la atención de muchos científicos por la presencia de una especie, Cryptotora thamicola, capaz de caminar.
Sin embargo, el hallazgo de estos científicos saca a la luz que este pez ciego característico de las cavernas no es el único capaz de hacerlo, sino que en total son 11 miembros de la familia los que cuentan con esta habilidad.
Y esto es posible gracias a sus caderas. Por lo general, los peces no cuentan en su esqueleto con estructuras que unan la columna vertebral y las aletas pélvicas. Sin embargo, estas once lochas sí tienen esa estructura, equivalente a lo que serían nuestras caderas.
De hecho, observaron hasta tres tipos de caderas, con diferente grosor. Aunque aún no lo han demostrado, esperan que aquellos que pueden andar sean los que las tienen más gruesas y robustas. De este modo, según explican en un comunicado del Instituto de Tecnología de Nueva Jersey los autores del estudio, los peces pueden hacer fuerza sobre el suelo y que esta se transmita al resto del cuerpo, desplazándolos hacia delante y hacia arriba.
Caminantes y trepadoras
El único pez que anda de esta familia, que se había detectado hasta el inicio de este estudio, recuerda con su forma de caminar a las salamandras. Además, no solo puede caminar entre las rocas, sino que también se le ha visto trepar cascadas usando sus cuatro extremidades.
No está claro qué los ha conducido evolutivamente hasta este punto, aunque parece ser un esfuerzo por mantenerse en su lugar y no ser arrastrados por las intensas corrientes de los ríos en los que habitan.
La investigación de estos científicos aún no ha terminado. Gracias a la información que han obtenido a través de microtomografías computarizadas del cuerpo de estos peces, han podido elaborar réplicas robóticas, que les permitirán estudiar más a fondo esta capacidad única. No es lo mismo que ver a los peces en su hábitat, pero es una manera muy interesante de estudiarlos sin perturbar su tranquilidad.