Mulán de Niki Caro ha estado envuelta en polémicas desde el principio hasta el final. Este mismo 4 de septiembre se estrenaba en Disney Plus debido a que la pandemia de COVID-19 mantiene aún los cines cerrados en gran parte del mundo. Tres decisiones causaron un gran revuelo. La nueva Mulán no tendría a dos personajes muy queridos, Mushu y Li Shang. Tampoco contaría con las canciones de la película de animación, como sí han tenido otros live-action como Aladdín. Pero, ¿por qué se tomaron estas decisiones?

La decisión de Disney tiene una respuesta lógica. Ciertos cambios no fueron bien recibidos en China cuando en 1998 se estrenó la versión animada de su legendaria guerrera. Por este motivo, querían que el remake de su leyenda fuera un poco más exacta que la primera versión. Sobre todo porque China es la segunda taquilla más grande del mundo. A Disney le interesaba tener en el bolsillo al público chino.

La forma en la que Disney presenta a Mushu es ofensiva hacia la cultura china, para quienes el dragón simboliza poder y fuerza. Este fue el principal motivo por el que Mushu, más bien patoso y tonto, no fue bien recibido. Mientras que en el caso de Li Shang, ni siquiera se habla de él en La balada de Mulán. Ella es una guerrera, no tiene pretendientes.

A pesar de que Disney quería excusarse en que querían acercar el remake más a la leyenda, llamada La balada de Mulán, la realidad es bien distinta. Tampoco es fiel del todo a la leyenda de Hua Mulán que adoran en China.

'La balada de Mulán'

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Disney

Los expertos en literatura china datan el poema del siglo V d.C y se cree que el original fue escrito por una mujer llamada Tzu-Yeh en una forma de poesía yuefu. Es decir, de la manera en la que se componía las canciones tradicionales en China. Sin embargo, no existen copias de la época con la historia. Solo nos podemos guiar, para entender mejor esta leyenda, por el poema del siglo XI.

En este poema, vemos a una mujer que no está interesada en las tareas que le tocan debido a su género ni en casarse. Sin embargo, le preocupa el reclutamiento del Emperador para la guerra, en el que se exige a cada familia un hombre. La joven decide rápidamente comprar todo lo que necesita para partir a la guerra. Un caballa, su silla de montar, una brida y un látigo. Y, después, se marcha.

Diez años después, como a un honorable guerrero en que se ha convertido, el Hijo del Cielo, el Khan, le pregunta qué quiere como recompensa por todos sus años de servicio. Entonces, Mulán, tan solo pide ir a casa.

Mulán vuelve con su familia, donde le espera también un nuevo hermanito, y no tarda nada en recuperar su identidad. En volver a ser una mujer. Se viste con sus ropas viejas, se arregla el cabello e, incluso, se pone polvos en la cara. Tras esto, sale a ver a sus compañeros, con quienes había compartido campo de batalla. Ellos se quedan asombrados y perplejos al descubrir que es una mujer. La balada de Mulán termina con una metáfora muy interesante:

"Las patas del conejo saltan más,
los ojos de la hembra son algo más pequeños,
mas cuando ves un par corriendo por el campo,
¿quién logra distinguir la liebre del conejo?"

Diferencias con las películas

Como vemos, hay varias diferencias entre las dos películas y La balada de Mulán. Ni Li Shang ni Mushu aparecen en la leyenda. Pero tampoco se habla en ningún momento de que el padre de Mulán esté herido y, mucho menos, que nadie descubra a Mulán. Tampoco que ella se descubra a sí misma, como sucede en el remake de Disney. Simplemente se muestra tal y como es una vez su estancia en el ejército ha terminado. Además, en la nueva versión, Mulán tiene una hermana, al igual que en la balada. Sin embargo, este personaje no existe en la versión animada de 1998.

Además, las tres Mulán son muy parecidas: ninguna está interesada en los quehaceres asignados a las mujeres ni en casarse. Prefieren honrar a su familia salvándola. Aunque tan solo el personaje de la nueva película está claramente interesada en la guerra. Desde pequeña se la ve entrenar y ser muy ágil. Ella tiene claro lo que quiere ser, pero es mujer y su destino, como le recuerda su padre al principio de la película, es traer el honor a través del matrimonio.

También se parece el amor que profesan las tres por su familia, que es tan fuerte como para vestirse de hombre e ir a la guerra por su padre. El precio a pagar, si la descubren, es la muerte. Aunque en ninguna de las tres versiones termina así, porque es una gran guerrera.

Ya sabemos que Li Shang no sale en La balada de Mulán, pero sí en la versión de Disney. En el remake la protagonista tiene cierta tensión con otro compañero, Chen Honghui, mientras entrenan. Sin embargo, a diferencia de en la versión de 1998 en ningún momento queda claro si llegan a terminar juntos o no. Porque en esta nueva historia es mucho más importante Mulán como guerrera que su vida amorosa.

Mulán, sin adornos

Mulán,
Disney Enterprises, Inc.

Dejando de lado si la película se parece o no a la leyenda en la que se basa, la nueva Mulán tampoco necesita de adornos. Ni Mushu ni Li Shang son necesarios para hacer avanzar esta trama. Aunque sea muy parecida a la de la versión animada, no son exactamente iguales. Muchas escenas del live-action recuerdan a la de 1998, pero funciona perfectamente sin estas dos figuras al incorporar a otra mujer guerrera, aunque sea en el bando enemigo.

Esta película busca, ante todo, mostrar una versión aún más fuerte de Mulán, que no necesita ayuda externa para sobrevivir en un mundo de hombres. Como tampoco la necesitan el resto de mujeres que luchan día a día en puestos de trabajo que históricamente han sido de ellos.

Mulán es, ante todo, una guerrera que ama a su familia. Por ese motivo, la historia gira entorno a cómo llega a ser la mejor y salva al Emperador. Para, después, regresar con su familia y brindarles todo el honor (y más) que les arrebató al huir por la noche y sustituir a su padre en el ejército.