Ahora que los casos de coronavirus en muchas zonas de España comienzan a dispararse; demostrando que, efectivamente, estamos en plena segunda ola, algunas personas han optado ya por dejar las quirúrgicas y pasarse a las mascarillas KN95. Con ellas no solo protegemos a quienes nos rodean, sino que también nos protegemos nosotros mismos. O al menos eso es lo que se supone. Sin embargo, ahora que nos estábamos acostumbrando a ellas, nos dicen que a partir del 30 de septiembre ya no podremos comprarlas.
¿Qué hacemos ahora? ¿Significa eso que estábamos utilizando unas mascarilla que no funcionan? No es posible saberlo con seguridad. Y precisamente por eso dejarán de venderse. Pero no hay nada que temer, seguiremos disponiendo de opciones similares y mucho más seguras. Siempre que nos aseguremos de su homologación, por supuesto.
¿Qué ha pasado con las mascarillas KN95?
En plena vorágine del confinamiento, cuando encontrar mascarillas era casi casi como hacerse con las bolas de dragón, fue necesario tomar ciertas medidas extraordinarias.
Una de ellas fue poner en el mercado opciones equivalentes a las FFP2 que no tenían la homologación adecuada para su venta en Europa. Se trataba de las mascarillas KN95, procedentes de China, y las N95 estadounidenses.
La “condición” era que, aun sin homologar, se realizaran los ensayos pertinentes para probar su eficacia antes de venderlas. También podían adquirirse siempre que fuesen para consumo propio y no para su comercialización. Sin embargo, según explica en su cuenta de Twitter la farmacéutica experta en seguridad alimentaria Gemma del Caño, no se hizo ni lo uno ni lo otro.
En muchos casos no se ensayaron y en otros se pusieron directamente en venta. Por eso, las mascarillas KN95 que hemos adquirido durante todo este tiempo no tienen una eficacia garantizada. Como su propio nombre indica, deberían tener una tasa de filtración superior al 95%. Sin embargo, en los ensayos realizados aleatoriamente con mascarillas el mercado se han encontrado algunas alrededor del 40%. Otras sí que cumplían el porcentaje adecuado; pero, al no poder saber con seguridad la situación de la nuestra, se ha seguido recomendando la distancia de seguridad.
¿Y ahora qué?
Ese permiso extraordinario para comercializar las KN95 sin homologar tenía un límite, que se cumplirá el próximo 30 de septiembre. Desde entonces podremos usar las que nos queden por casa, pero ya no se comercializarán, o al menos no debería hacerse. Por eso ahora las vemos con grandes descuentos en algunos comercios, porque se están deshaciendo del stock sobrante.
A partir de ahora podremos comprar las FFP2, pero no cualquiera vale. Como lleva ocurriendo con todos los tipos de mascarillas desde el principio, podrían no estar bien homologadas. Para comprobarlo debemos seguir unos pasos muy sencillos.
En primer lugar, debemos comprobar que consta el símbolo CE seguido de cuatro dígitos. Estos se corresponden con el número de identidad del organismo notificado. No todos valen, por lo que el siguiente paso será entrar en el apartado adecuado de la web de la Comisión Europea, en este enlace. Allí, encontraremos varia cajitas en blanco. En la primera de ellas introduciremos los cuatro dígitos y pulsaremos enter. Así sabremos cuál es el organismo en cuestión, pero aún debemos saber si cumple la normativa. Hay dos opciones válidas, el Reglamento (UE) 2016/425 o la directiva 89/686. Al menos uno de estos datos deberá estar en la lista de legislaciones que nos aparecerá al pinchar sobre el nombre del organismo. Si es así, nuestra mascarilla será segura.
De cualquier modo, cabe destacar que si no vamos a estar expuestos a personas que puedan estar contagiadas bastaría con usar mascarillas higiénicas o quirúrgicas, manteniendo siempre la distancia de seguridad. Eso sí, para eso es importante que todos pongamos de nuestra parte. El ser humano es un animal social. Demostremos que sabemos vivir como tal.