Ayer, una noticia relacionada con el segundo planeta del sistema solar llenó titulares de medios de comunicación de todo el mundo, llegando incluso a eclipsar al mismísimo coronavirus. No era para menos. Según rezaban la mayoría de estas noticias, habían hallado un signo de vida fuera de la Tierra. Sin embargo, asegurar que el descubrimiento de fosfina en Venus indica que puede haber organismos vivos en este planeta es, cuando menos, osado.

Los propios autores del estudio publicado ayer en Nature Astronomy lo han dejado claro en todo momento: también hay formas abióticas de obtener este gas. Queda mucha investigación por delante hasta saber realmente cuál es su origen. Hasta que eso suceda, ¿qué sabemos de esta sustancia?

Teorías sobre la fosfina en Venus

La fosfina, también llamada fosfano o trihidruro de fósforo, es un gas incoloro, inflamable y con un característico olor a ajo.

Hasta ahora, su presencia se había detectado en tres planetas del sistema solar: la Tierra, Júpiter y Saturno.
En la primera procede de la descomposición de materia orgánica mediada por microorganismos, como las bacterias E.coli. Esto es lo que ha llevado a tener en cuenta la teoría de que la fosfina en Venus pueda ser un signo de vida.

Sin embargo, en los dos planetas restantes se genera de una forma muy distinta, sin la intervención de organismos vivos. Concretamente, el gas se forma en su atmósfera, al actuar las presiones muy elevadas sobre el hidrógeno que se encuentra en ella. Según explican desde la NASA Spaceflight, justo esa opción parece poco probable en Venus, puesto que el hidrógeno no está presente en la atmósfera. Pero eso no significa que no haya más opciones abióticas (no relacionadas con la vida), ya sea relacionadas con la química de las rocas, la fotoquímica o cualquier proceso similar.

Un planeta inhóspito

En el mismo informe de la NASA Spaceflight, recuerdan que la atmósfera de Venus se caracteriza por tener grandes cantidades de ácido sulfúrico, que fulminaría casi cualquier forma de vida en segundos. En declaraciones a El Confidencial, los expertos en geociencias y astrobiología Jesús Martínez-Frías y Jorge Pla-García apuntan a que solo unos pocos microorganismos extremófilos podrían vivir bajo estas condiciones. Sin embargo, no hay pruebas de que este sea el caso.

Por eso, cabe plantearse que puedan existir otras opciones que expliquen la presencia de fosfina en Venus. El astrobiólogo de la Universidad de Florida Matthew Pasek explicaba en un artículo de Space.com que en la Tierra es común que esta sustancia se genere de forma artificial en el laboratorio. Por ejemplo, suele utilizarse en la elaboración de venenos para ratas.

En este mismo medio, la bioquímica de la Universidad de Viena Tetyana Milojevic, cuenta también que la fosfina puede generarse cuando algunas sustancias ricas en hierro, y con pequeñas cantidades de fósforo en su composición, se encuentran en ambientes ácidos. Esto es algo plausible para las nubes de Venus, aunque sería necesario estudiar las pruebas disponibles más a fondo para saberlo. Y eso es lo que van a hacer estos científicos.

Ni siquiera es necesario enviar una misión a este planeta, con las pruebas recogidas desde la Tierra se puede obtener mucha información. Por ahora, el mero hecho de hallar fosfina en Venus es una gran noticia, por el misterio que supone su origen. Pero es importante tener en cuenta que este puede ser muy variado y que la presencia de organismos vivos es solo una de las muchas posibilidades que existen. Que un titular demasiado optimista no nos arruine nunca la verdad.