Contaba el gran neurólogo y divulgador científico Oliver Sacks en una de sus obras más conocidas la historia de un hombre que confundía a su mujer con un sombrero. La confusión de caras con objetos inanimados es solo una de las muchas patologías extremadamente raras que pueden derivar de una lesión en el cerebro. Ver spaghettis en vez de números o ser incapaz de identificar rostros conocidos son otros ejemplos, el primero bastante menos común que el segundo. Tampoco es muy frecuente el caso descrito recientemente en Current Biology, en un estudio que expone la historia de un hombre de 59 años que veía caras derretidas cuando miraba el rostro de amigos o desconocidos.
El problema afectaba notablemente a su calidad de vida. Por eso, se puso en manos de los autores del estudio, que descubrieron la razón por la que vivía continuamente dentro de un cuadro de Dalí.
¿Solo caras?
Al acudir en busca de ayuda médica por ver caras derretidas, los doctores del Centro Hospitalario de Coimbra decidieron someter al paciente a una prueba sencilla.
Tenía que mirar una serie de imágenes, tanto de caras como de objetos inanimados, todos ellos colocados en diferentes posiciones. Curiosamente, no tenía ningún problema con los objetos, por lo que su visión no parecía afectada. Sin embargo, refirió observar la misma deformación en todos los rostros, independientemente de si estaban rotados o no.
Hemi-prosopometamorfopsia, la enfermedad que te hace ver caras derretidas
Cuando miramos una cara por primera vez, nuestro cerebro utiliza “fragmentos” de otros rostros vistos con anterioridad. Así, como si de una base de datos se tratara, logra “reconstruir” lo que tenemos frente a nosotros.
De hecho, es algo similar a lo que hacen los algoritmos de reconocimiento facial. Una de las regiones cerebrales que se encargan de esta tarea es una estructura llamada esplenio, que se ubica en el cuerpo calloso, encargado de conectar los dos hemisferios.
Una lesión en esta zona había provocado al paciente un trastorno conocido como hemi-prosopopometamopforsia. Concretamente, los investigadores sospechan que la parte afectada es la que conecta la información facial del lado izquierdo del cerebro con el derecho.
Aunque no es el primer caso conocido, solo se han descrito unas 25 historias parecidas, todas debidas a algún tipo de daño cerebral.
La mayoría describen las caras derretidas como cuadros de Dalí o Picasso, con un ojo notablemente por debajo del otro. La intuición no se ve afectada y se pueden diferenciar unos rostros de otros, pero puede generarse estrés o incomodidad, como en el caso del paciente descrito en este estudio.