¿Quién no ha llegado a casa después de un duro día de trabajo soñando con llenar la bañera y hundirse en ese cálido mar de espuma? Es un deseo muy común. Sin embargo, en muchos países lo relegamos a momentos excepcionales en los que necesitamos tomar medidas “drásticas” frente al estrés. En otras partes el mundo, en cambio, es algo más que habitual. Es el caso de Japón; donde, de hecho, se acaba de publicar un interesante estudio sobre los beneficios que traen los baños calientes a los diabéticos.
Si bien ya se habían realizado algunas investigaciones sobre el papel de las saunas y los baños en tinas de agua caliente a estos pacientes, esta es la primera vez que se estudia con un número suficientemente representativo de participantes. El trabajo acaba de presentarse en la Reunión Anual de este año de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) de la mano de sus autores, procedentes del Hospital Kohnodai, de Ichikawa.
¿Qué mejorías aportan los baños calientes a los diabéticos?
En Japón, la mayoría de personas tienen bañeras de hidromasaje en sus hogares. Por eso, no fue difícil para estos científicos recopilar los datos de 1.297 pacientes con diabetes tipo 2 que disponían de este elemento en su cuarto de baño.
Todos ellos se dividieron en tres grupos, según si se bañaban más de cuatro veces por semana, entre una y cuatro veces o menos de una.
A continuación, se comprobó si existía una relación entre este dato y ciertos parámetros relacionados con la gravedad de la enfermedad. Estos eran los niveles de hemoglobina glicosilada, la disminución de peso corporal, el índice de masa corporal, la presión arterial diastólica (la conocida como mínima) y la circunferencia de la cintura.
Se observó que, de media, los participantes se bañaban 4’2 veces por semana, durante unos 16 minutos. Si bien este segundo factor no pareció influir demasiado, la frecuencia sí que parecía asociarse a una mejora de todos los parámetros mencionados.
Se demostraban, por lo tanto, los beneficios que los baños calientes aportan a los diabéticos, al menos a los que tienen diabetes tipo 2.
¿A qué se debe?
Según ha explicado a Hipertextual el autor principal del estudio, el doctor Hisayuki Katsuyama, las causas de este fenómeno no están totalmente claras, aunque los experimentos previos realizados con animales aportan algunas sugerencias. Unas de las responsables parecen ser las proteínas de choque térmico HSP 70.
La función principal de estas proteínas es proteger a las células del estrés térmico, evitando parcialmente la pérdida de estructura que otras proteínas celulares sufren bajo aumentos intensos de la temperatura. Por eso, ante ambientes cálidos, como el propiciado por las bañeras de hidromasaje, se genera un aumento de la síntesis de HSP70, para que pueda generar ese efecto protector. Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con los beneficios de los baños calientes a los diabéticos? "La HSP 70 elevada podría mejorar la señalización de la insulina y el gasto de energía", aclara el doctor Katsuyama. "Además, podría suprimir las citoquinas inflamatorias". Estas son otras proteínas, implicadas en la regulación de los procesos inflamatorios, que se encuentran excesivamente elevadas en pacientes con diabetes tipo 2.
Finalmente, el investigador explica que la terapia de calor también podría estimular la secreción de insulina mediante la activación de un canal implicado en este procedimiento.
El resultado es una disminución del riesgo cardiovascular asociado a la enfermedad. Por eso, los autores concluyen que puede ser muy recomendable para estos enfermos tomar el hábito de usar a menudo sus bañeras de hidromasaje. Desde luego, es una buena excusa para que las compren los que aún no tengan una.